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24 de abril 2024
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OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

La inminente cumbre entre Trump y Peña Nieto

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Las ríspidas relaciones diplomáticas entre México y los Estados Unidos de los últimos días requieren de una urgente cumbre entre los presidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto.

La retórica de Trump está empujando a un enfriamiento de la amistad de las dos poderosas naciones que comparten una frontera de más de 3 mil kilómetros cuadrados.

El actual presidente norteamericano realizó su campaña con denuestos en contra de la nación azteca, que distanciaron la amistad de los dos países.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, por recomendaciones de su ex ministro de Hacienda y Crédito Público, el hoy canciller Luis Videgaray, invitó a México al candidato republicano.

A semana del encuentro entre Trump y Peña Nieto, y las subsecuentes lluvia de comentarios negativos que originó la reunión, el actual ministro de Relaciones Exteriores mexicano se vio compelido a renunciar a su puesto, para luego ser llamado de nuevo por el mandatario azteca, y juramentarse como canciller.

Videgaray lucha a brazo partido por la realización del encuentro Trump-Peña Nieto, pero el presidente estadounidense lo hace ver lejos, debido a su discurso anti mexicano y de confrontación.

Donald Trump busca cumplir promesas de campaña que están muy divorciadas de la realidad económica estadounidense. En artículos anteriores he mencionado la película Un Día sin Mexicanos, del director Sergio Arau, que demuestra el caos en que caerían varios estados norteamericanos si expulsaran a la población azteca de esos territorios.

Estados Unidos necesita de la población mexicana, pues sin esa mano de obra muchos sectores de la economía norteamericana se irían a la quiebra. Miles de farmer verían su producción desplomarse si destierran la fuerza de trabajo proveniente del país vecino.

A partir de esta realidad es que un encuentro entre los dos gobernantes limaría asperezas y desbrozaría escollos en las relaciones entre ambas naciones. Darle las espaldas a un diálogo diplomático lo único que produciría sería atizar las fuertes contradicciones económicas existentes de ambos lados del rio Bravo. Y para mí uno a otro se necesita.

México es una poderosa realidad política, económica y social que tiene una inversión en Norteamérica de más de 45 mil millones de dólares. Con más de 100 millones de habitantes, el país azteca cuenta con grandes recursos naturales y un pronunciado desarrollo industrial, lo que lo hace poderoso.

Es por todo esto que considero que se hace inminente una cumbre entre los presidentes Trump y Peña Nieto, en donde cada uno acuda con sus equipos y discutan asuntos pertinentes a sus pueblos. Continuar por la pendiente de rechazo al diálogo resultaría contraproducente.

 

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