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25 de abril 2024
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OpiniónJosé NúñezJosé Núñez

La importancia de un partido fuerte en el poder

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La palabra fuerte significa que tiene gran resistencia. Duro, que no se deja labrar o manipular fácilmente; como sucede por ejemplo con los diamantes, el acero…, y si esta definición la reflejamos en un partido político; que está resguardado por mujeres y hombres que lo hacen capaz de resistir los ataques más feroces de los enemigos, y donde la unidad, los intereses y propósitos se conjugan con buenas sintonías.

De ahí la importancia de cualquier tipo de organización humana ser fuerte, no solamente aparentarlo, y si es del área política, mucho mejor, pero además, si esa organización o partido político está en el poder, le he más factible para mantener el control del erario con firmeza y decisión.

Esta situación de la fortaleza de un partido en el poder, es más significativa cuando los gobiernos enfrentan períodos de crisis económica, política o social de corto y mediano plazos, ya que los opositores que les interesa asumir el poder a como dé lugar, esta fortaleza partidaria los hace pensar las cosas dos veces.

El mejor ejemplo o el más fresco en la coyuntura actual es la del panorama venezolano y de su presidente Nicolás Maduro, si éste no estuviese una organización política fuerte detrás, hace mucho tiempo que estaría fuera del poder del Estado.

O como pasó en el país en la gestión del doctor Salvador Jorge Blanco y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con la poblada de abril del año 1984, provocada por el aumento exagerado y sorpresivo en los precios de todos los alimentos de la canasta familiar, después de haber firmado un Acuerdo Stand-Bay con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si el partido en el poder en ese momento su hubiese sido fuerte y contado con un líder como José Francisco Peña Gómez, muy probablemente salen de la administración del Estado.

También esto evita en los países situaciones que se podrían potenciar más engorrosas en los períodos de crisis, o de intensas e importantes protestas sociales, ya que estas fuerzas organizadas en los partidos en el poder, sino son por lo menos temidas, son bien respetadas, lo que provoca que quienes quieran ir a controlar el Estado, tengan que esperar o ir a guayar la yuca en un proceso electoral de mucha o poca democracia.

Trayendo esta situación de la importancia en la fortaleza institucional del partido en el poder en la República Dominicana, es decir, la del PLD, es de vital importancia para ellos, aunque no sea así para muchos de sus opositores, que exhiban y muestren en la práctica una unidad política monolítica, de lo contrario, que se preparen, les pasarán factura en la primera oportunidad que tenga este pueblo creciente en exigencias de soluciones sociales acumuladas, aunque no sean estas demandas por intereses o visiones ideológicas.

De ahí lo que se dimensiona como significativo, la unidad interna en el Partido de la Liberación Dominicana, principalmente entre Leonel Fernández y Danilo Medina; con su mensaje de conciencia política y de responsabilidad histórica en la conducción correcta del peledeísmo, por un asunto del derrame de la copa, esto provocaría automáticamente más acercamiento entre casi todos los morados, desde arriba hacia abajo y viceversa.

También, cuando el sistema de partidos luce resquebrajado y no se ve en el horizonte una organización política con buenos perfiles y dirigentes con condiciones extraordinarias para dirigirlo o al mismo Estado, quien haga las veces de ser el más sólido, fuerte y grande, en este escenario, le representa un compromiso estar bien unido con toda la sociedad en el mediano y largo plazo.

Este es el caso del PLD y los peledeístas, comenzando con sus Comités Político y Central, pasando por sus organismos intermedios y todas sus bases, conjuntamente con las fuerzas aliadas y los movimientos que lo sustentan, obviamente, algunos más compromisarios que otros.

Aquí reviste un papel estelar el Presidente del PLD, el doctor Leonel Fernández, y en honor a la verdad absoluta, el rol más determinante le corresponde al Presidente de la República, licenciado Danilo Medina, ya que quien tiene el control del Estado por mandato del pueblo en países con características como el nuestro, es; Ley, batuta y constitución, tanto para lo bueno como para los errores.

Finalmente, en la coyuntura actual el devenir histórico favorable tanto para la UNIDAD de acero del PLD como para el bienestar del país en sentido general, descansa en los peledeístas: con Danilo Medina encabezando las situaciones y soluciones internas y externas.

 

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