Hay que aceptar que los dominicanos somos un pueblo medularmente politizado, lleno de dirigentes políticos en plazas y calles aunque muchos no han leído un folleto sobre la llamada ciencia arte.
La historia política del país, quierase o no, no puede ser escrita en modo alguno sin la presencia de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Lilis y sin el oprobio de la tiranía de Trujillo, y una muestra de objetos del tirano en un museo, o hasta uno solo para presentar esa época no debe ni puede hacernos más o menos Trujillista, lo que hay es que contar la historia y contarla bien editar y regalar libros hacer de la democracia una prueba de que es ahí donde está el sistema político que permite la libertad y el desarrollo de los pueblos.
Trujillo es una maldita realidad en nuestra historia, conocerlo para rechazarlo a él, a los suyos, sus iguales y su sistema es la mejor forma de erradicar para siempre ese nefasto episodio de nuestra vida que no se debe repetir jamás!
Por Germán Martínez