EL NUEVO DIARIO, ROMA.-La guerra de Ucrania centrará la reunión entre el primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente estadounidense, Joe Biden, mañana en la Casa Blanca, en el comienzo de su primer viaje a EEUU, en el que también se abordará la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid en junio.
La primera visita a EEUU de Draghi, que lleva algo más de un año al frente de un Ejecutivo de unidad nacional formado por todos los partidos parlamentarios a excepción de los ultraderechistas Hermanos de Italia, será «la oportunidad para reafirmar la histórica amistad y la sólida asociación entre ambos países», según fuentes de la Jefatura del Ejecutivo italiano.
La reunión entre Draghi y Biden se centrará en la coordinación con los aliados de las medidas de apoyo al pueblo ucraniano y la lucha contra «la injustificada agresión de Rusia».
Los dos líderes, que se reunieron por última vez durante el G20 del pasado octubre en Roma, también abordarán la cooperación en diversos «retos globales», empezando por la seguridad energética, en un momento en el que Italia busca proveedores para atajar la dependencia del gas ruso (que supone el 40 % de su consumo).
La lucha contra el cambio climático, la recuperación de la economía y el desarrollo del pacto de seguridad transatlántico también figuran en la agenda del encuentro, así como otras cuestiones regionales y los preparativos de las próximas cumbre del G7 y la OTAN, que tendrá lugar a finales de junio en Madrid.
Draghi tiene previsto también acudir el miércoles el Congreso para reunirse con su presidenta, Nancy Pelosi, a la que ya vio en octubre pasado en Roma, así como los líderes de los dos partidos, mientras que el miércoles en el Consejo Atlántico recibirá el premio al Liderazgo Distinguido de 2002 que le será entregado por la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
El primer ministro italiano, que viajará mañana mismo a Washington, es un firme defensor de la alianza trasatlántica y celebró la llegada de Biden a la Casa Blanca el año pasado asegurando que había «traído aire nuevo y fresco en la relación entre EEUU y Unión Europea».
