Cada vez con más frecuencia estamos produciendo escenas violentas, muchas de ellas sangrientas y trágicas, que no pueden ser parte de una democracia. Y es obvio que no abordamos las soluciones de nuestros principales temas de forma adecuada.
El criterio de seguridad ciudadana que hemos tenido parece estar referido al accionar policial, pero aún así no hemos preparado a la Policía Nacional para que responda a las exigencias de una sociedad que se ha hecho grande y compleja.
Los frecuentes forcejeos entre civiles y agentes policiales son una mala manera de proceder, que expone las vidas de las partes. Esa práctica incorrecta también ha conllevado a un irrespeto a las autoridades cuando tienen que actuar.