Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
24 de abril 2024
logo
OpiniónClemen García DClemen García D

La extraordinaria calidad de mis amigos

COMPARTIR:

Esperanza y Cynthia son expertas en Relaciones Públicas. Si el Gobierno decidiera reorientar con éxito su estrategia comunicacional debe acudir a ellas. Le prometo que no se arrepentirá. Notará los resultados positivos de inmediato, sin necesidad de presupuesto excesivo, y sí con sentido del timing.

 Esperanza me nutre de lo que acontece en cuanto a noticias y lo que corre por las redes. Cynthia, se encarga de reproducir mis artículos en su propia red, que es bastante amplia. ¡No se cómo hacen para lidiar con tanto, Dios!

Hace unas semanas publiqué mi artículo titulado Gratitud. En él expresaba lo que significaba agradecer por todas y cada una de mis experiencias vividas, a raíz de mi relación amor-adaptación con la tiroides. Era la segunda de tres entregas que resumían de forma casi concisa este proceso agobiante pero aleccionador para mi.

Pues debí ser precisa, y en ellos mencionar específicamente a los amigos. Más que los familiares -que siempre han estado- a aquellos que cerca o lejos te hacen sentir que les importas.

Esto, a partir de un “reproche amoroso” que me hizo Hipólito Castillo, compañero de universidad y amigo de siempre casi hermano, y de Wellington Ramírez, a quien no tengo el placer de conocer, pero sí lo tiene Esperanza.

Pues ellos inquirieron con justa reclamación, que los mencionara como parte esencial en la cadena de ruegos por mi recuperación. Y es verdad, siempre estuvieron presentes con sus oraciones y permanente ocupación en conocer cómo iba, cómo me sentía y la evolución del proceso.

Hipólito reclamó por su carnal David Mueses, quien también es de los míos. Somos Los tres temores en el grupo de whatsapp. Nos hemos querido toda la vida, y con ellos el resto de la promoción.

Wellington lo hizo a través de Esperanza, y aunque no lo conozco personalmente, sus mensajes siempre han sido de aliento. Un ser noble, de sentimientos limpios y de un gran sentido de la solidaridad. Ansío tener ese encuentro cara a cara para expresarle mi gratitud eterna por sus deseos de bienestar hacia mi.

Mi mención a ellos como acto de mea culpa.

A Esperanza y Trotsky ni hablar. Han soportado más o menos de buenas ganas el sube y baja de mi mariposita. No se dan por vencidos, bajo ninguna circunstancia. También los quiero, y lo saben.

Con esto transmito mi agradecimiento a todos aquellos que de una forma u otra me hicieron llegar sus parabienes. Familiares, antiguos compañeros de trabajo, amigos muy cercanos, amigos de amigos, vecinos, marchantes, conserjes, prestadores de servicios, servidores de la iglesia, etc.

En fin, a esos increíbles y extraordinarios seres humanos que se unieron en oración y que es imposible mencionarlos a todos por sus nombres. Es tan reconfortante como sanador sentir que ustedes existen.

¡Gracias, siempre gracias!

Por:  Clemencia García Damirón

Comenta

[wordads]