Todavía hay tiempo para detener el proceso inflacionario y el agiotismo, que podría dejar, en la praxis, sin efectos el aumento de salario a los empleados públicos y a los pensionados. No se olvide que el nivel de la canasta básica está por los 30 mil pesos.
Cierto es que el aumento fue ínfimo, pero al menos se le dio una mano a los que ganan salario mínimo y a los pensionados que llegan a RD$30 mil mensuales. Era necesaria una escala mayor, para poder hacer frente a los altos niveles de la comida y las medicinas.
Ahora queda ataja r a la especulación. Cuando los empresarios aumentaron los salarios, de inmediato subieron todos los precios de los comestibles y de los servicios. Ahora se deben tomar las medidas de control necesarias.
No se pase por alto que también se está negociando con el sector privado un nuevo aumento de salarios, siempre por debajo de lo que el Banco Central señala que es el tope de la canasta familiar dominicana. Sin control de los que juegan con el bolsillo del pueblo, de nada valdrán los aumentos.
El sistema económico dominicano está dolarizado. Todos los precios lo fija la prima del dólar. Frizando el 50 por uno, es de seguro que de por si según avance el año la canasta familiar seguirá subiendo. Los salarios nunca van a tener la fuerza para poder equipararse a los costos familiares.
La globalización de la economía, siguiendo parámetros internacionales, es la gran responsable de los desaciertos, pero desde el Gobierno se pueden tomar medidas de control. Hemos planteado en numerosas ocasiones, que se hace necesario disponer de un puñado de alimentos que se encuentren con protección especial.
Es una lista que tiene que incluir comestibles básicos como el arroz, las habichuelas, el aceite, la carne de pollo, el plátano y cualquier otro renglón. También se podría considerar en el mismo catalogo a los productos medicinales que más son recetados por los médicos dominicanos-.
Un aumento de salarios sin control de la inflación y el agiotismo, no da resultados. Lo ideal es que se aumenten los salarios y se mantengan controlados los precios de los alimentos y las medicinas. Hay que poner mano dura en la protección de los consumidores y el pueblo a todo nivel.
Evitemos que se desperdicie la oportunidad de que los trabajadores de bajo nivel alivien su situación con el ligero aumento que los beneficiará desde el mes entrante. Hay que controlar con puño de hierro la especulación. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
Por Manuel Hernández Villeta