La clase política dominicana no acostumbra a conversar sobre los temas nacionales. Ni siquiera lo hace para aquellos temas que pudieran resultar de interés particular de las organizaciones y del sistema al que pertenecen. No saben debatir ningún asunto importante entre ellos.
Ha sucedió en ocasiones, pero casi como excepciones, pero no es lo que acostumbran. Muchos de los temas que por lo regular resultan conflictivos entre la dirigencia están motivados en esa falta de práctica para el diálogo civilizado y razonado.
Más bien viven acechándose las fallas que puedan cometer para atacarse aunque no saquen de esa actitud ningún beneficio. El tema de la reelección presidencial ha sido uno de esos temas.