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23 de abril 2024
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OpiniónFelix CorreaFelix Correa

La alegría de las alzas salariales dura poco en casa, porque producen bienes y servicios elevados

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Nací en febrero, del año 1968 en una clínica de la ciudad capital y luego trabajé en el mismo centro médico 15 años después en el departamento de factura y caja; fue una época muy bonita, donde aprendí a dar servicios a las personas y a tener una dinámica de trabajo que me ha valido para estos tiempos. En aquel entonces un parto costaba solo 35 pesos.

Pero, no se trata de contar parte de mi historia, que les juro me encantaría, sino hablar de cómo se comportaban en aquel entonces el alza de los salarios.

Para que tengamos un parámetro de cómo se comportaba la economía en aquel entonces, con relación al reajuste salarial paso a explicar qué hacía el centro médico donde laboré:

Recuerdo que cuando el gobierno autorizaba un alza de sueldo, todas las empresas privadas tenían que hacerlo, y la alegría para todos era inmensa, pero dicha algarabía duraba muy poco cuando veíamos que para poder hacer realidad dicho aumento era necesario subir los precios de los partos, cesáreas, cirugías electivas, todos los servicios ambulatorios, el costo de las habitaciones, etc.

Cabe destacar que cuando llegué al centro médico a la edad de 15 años, el  parto tenía un costo de 70 pesos.

Así como lo observan, un 100% en 15 largos años, sin embargo cuando terminé mi labor en dicho centro en el año 1992, dejé el citado procedimiento en más de 3 mil pesos.

Por lo que si calculamos los porcentajes, desde 1968 a 1983 subió un 100% y de 1983 hasta 1992 un 5000%; como podemos notar un aumento superlativo, todo cambió, es como si todo se derrumbara, todo lo romántico se acabó.

Esto sucedía cada vez que se suscitaba un aumento salarial, porque de dónde iban a sacar los cuartos para pagarme un poco más?, lógicamente de los servicios que ofrecían; esto sucedía en todas las economías, en cada comercio, cada empresa; en cada lugar de servicio al que acudía debía pagar un poco más para poder adquirir bienes y servicios.

No estoy en desacuerdo con los aumentos salariales, pero sin pretender ser economista veo que conviene más reajustar las horas de trabajo y que las personas puedan ejercer otras labores que les garanticen otros ingresos, que el Estado regule a través de Industria y Comercio los establecimientos que cobran productos y servicios excesivos, que el Ministerio de Salud Pública controle las diferencias en consultas que cobran los médicos de 800 a 1,500 pesos y en otras ocasiones más caras, que se regule a las farmacias para que no rechacen a los pacientes con el plan básico y que se incluyan más sustancias en la cobertura de medicamentos, que una canasta familiar le cueste a cualquier familia menos del sueldo mínimo, que los combustibles tengan los precios justos y razonables.

En fin, una serie de factores podrían contribuir a tener unos ingresos adecuados, más que pretender ganar mucho dinero y que el mismo no rinda lo necesario. También debemos  hacer conciencia de lo elevado que hacemos la canasta, incluyendo algunos servicios que no podemos pagar. .

Un factor que no debo obviar es que nadie en RD debería ganar sueldos de más de 500 mil pesos mensuales, sobre todo en el sector público.

Quiero confesar que estudié contabilidad y que solo di Economía 1 y 2, sin embargo, no se necesita ser un doctor en esta carrera para analizar los problemas financieros de una casa con sueldos tan bajos ya que crecí viendo esta situación, por lo que estoy hablando con conocimiento de causa.

Todo lo antes dicho ha sido por las declaraciones del Gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu  quien favorece un aumento salarial por el motivo de que la economía en el país está como nunca antes.

Ciertamente queremos ver en algún momento dicha bondad financiera se refleje en todos los dominicanos; y yo estaría de acuerdo siempre que no haya aumentos desproporcionados de los bienes y servicios que adquirimos para poder vivir, porque no tiene sentido cobrar más para dejarlo en los comercios.

 

 

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