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24 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

La afirmación del Siglo XX: Trujillo no Mataba con sus Propias Manos

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A Propósito de la Muerte de Juan Morales: El de Puerto Plata

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Juan Antonio Morales González, apodado Guancho, nació en Sánchez pero desde muy temprano vivió en Puerto Plata. Hizo estudios secundarios en esta ciudad, donde pasaría hacer carrera bancaria como empleado del The Nacional City Bank. A los 19 años comenzó a laborar en dicho banco, en el 1923.

Los activos de este  banco fueron comprados por Trujillo, para a partir de dicha compra fundar el Banco de Reservas, lo que vino a ocurrir en 1941. Morales trabajó en el Banco de Reservas y también en el Banco Central.

Era sobrino del sacerdote y presidente de La República en 1903, don Carlos Morales Languasco. Se casó con la señora María Brugal Brugal, cubana de nacimiento.

Llegó a estudiar en la Universidad de Santo Domingo, por lo que obtuvo mediante decreto presidencial el status de contador público autorizado. Esto ocurriría después de una larga experiencia profesional, primero en The Nacional City Bank (sucursal de Puerto Plata) y luego en el Banco de Reservas y el Banco Central, alcanzando el cargo de gerente en todos ellos en momentos diferentes.

Sobre la muerte de Juan Morales se han dado versiones contradictorias, pero algunas no parecen verosímiles, como por ejemplo: que fue el testaferro del ex-presidente de Cuba Fulgencio Batista llamado Policarpo Soler quien lo mató.

Un señor que creo que aún vive y es casi nonagenario que trabajó en el Palacio Nacional, durante la tiranía de Trujillo, le dijo categóricamente al autor que Trujillo era incapaz de matar  a alguien con sus propias manos. Algo que el autor no puede acreditarle porque ese señor debe morir agradecido de Trujillo. El autor se reserva el nombre.

Pocas personas que vivieron varios años en pleno uso de la razón durante La Era de Trujillo podrían afirmar semejante cosa, salvo que sea por agradecimiento “al jefe”.  El troglodismo de Trujillo es harto conocido.

Las cámaras de torturas de cárcel de “La Cuarenta” y de otras cárceles son testimonio de que Trujillo era un hombre que no conocía escrúpulos y de que sí era capaz de cualquier cosa, incluso de matar a sus adversarios o enemigos con sus propias manos, si era preciso o si así lo creía necesario para hacerse sempiterno en el poder. Como Balaguer, Trujillo tenía el desiderátum de morir en el poder.

Si para Max Weber (Economía y Sociedad) el poder es la imponer la propia voluntad en una relación social determinada, aún contra toda resistencia y sean cuales sean los fundamentos de esa probabilidad, para Rodrigo Borja (Enciclopedia Política) el poder es fáctico, emana de la fuerza, se impone, mientras la autoridad es moral, emana de la voluntad.

Formado durante la Ocupación Militar Norteamericana de 1916-1924, Trujillo creyó siempre en la fuerza. Creemos que Trujillo mató Juan Morales y no en las versiones que quieren exonerarlo, ya que hasta el propio Balaguer delata el cinismo de que era capaz Trujillo, aunque nunca Balaguer se refiriera a si El Jefe era capaz o no de matar con sus propias manos. Veamos a dos escritos sobre el caso de Morales, se trata de un artículo escrito por Juan Ventura y otro escrito por Danilo Arzeno.

Un artículo de Juan Ventura dice: “Sobre la muerte del licenciado Morales González acaecida en Santo Domingo, el 18 de agosto de 1959, existen diferentes versiones sobre el asesinato. Jamás se prestó a los caprichos del dictador Trujillo y más cuando se les insinuaban violaciones a las leyes bancarias.

Por ser un hombre honesto y apegado a los principios bancarios, lo asesinó el propio dictador Trujillo con un estilete en su Despacho del Palacio Nacional en presencia de Johnny Abbes García por Morales negarse a entregarle un dinero que fuera depositado en el Banco de Reservas por Fulgencio Batista. También a su chofer Raúl Odiott lo mataron”.

“Don Juan A. Morales, vivió humildemente en una pequeña casa de concreto de un solo nivel en la calle Pedro Ignacio Espaillat, casi esquina con la calle Santiago, de Santo Domingo. Su cadáver no presentó heridas de balas. Su chofer sí.”

Danilo Arzeno, en un artículo aparecido aparentemente en la versión digital del periódico El Día, el

22 de enero del 2016, nos dice: “A Guancho lo mató el propio Trujillo. Para justificar su muerte se inventó una historia que luego reprodujo el capitán Alicinio Peña Rivera, jefe del SIM en Santiago, en un libro titulado ¨Historia Oculta de un Dictador¨ y que injustamente por ignorancia se ha seguido repitiendo.

“El dictador Fulgencio Batista es derrotado por Fidel Castro y el primero de enero de 1959 huye a la República Dominicana depositando varios millones de dólares en el Banco de Reservas.

“Trujillo envía un emisario a Guancho Morales, que era el Gerente General, ordenándole que no le devolviera el dinero a Batista, pero el dictador cubano exigió su dinero y Guancho se lo entregó.

“El 18 de agosto de 1959 es invitado a pasar por el Palacio Nacional, donde al llegar es saludado por un funcionario conocido. Poco después sale Negro Trujillo del despacho del Jefe y le dice al mismo funcionario ¡Qué desgracia. Mataron a Guancho! ¡Imposible, yo lo acabo de saludar hace tan sólo un momento!¡Te dije que lo mataron, fuera del Palacio Nacional, y no sigas averiguando!

“Se inventó la historia de que Policarpo Soler había hecho pronunciamientos insultantes en contra del Jefe en el Banco de Reservas, y que su gerente general Guancho Morales llamó seguido a Virgilio Álvarez Sánchez, ministro de Finanzas, y le comunicó lo sucedido. Delante de Trujillo, supuestamente, Guancho sostuvo en presencia de Policarpo Soler lo narrado a Virgilio Álvarez Sánchez.

“Agregaron que cuando salieron del Palacio Nacional y se trasladaban en el mismo carro Policarpo Soler sacó un arma y mató a tiros a Guancho Morales huyendo con su sobrino en otro vehículo.

De inmediato se desató una cacería humana y los detuvieron en unos matorrales de la Avenida Abraham Lincoln, interrogados y ejecutados por Johnny Abbes García. Todo eso es mentira. El chofer de Morales, padre de nueve hijos, también fue asesinado.

“La verdadera historia es la siguiente: En su despacho, Trujillo, muy molesto, le dijo a Guancho Morales que por qué le entregó el dinero a Batista cuando él le envió un emisario con orden precisa de que fuera transferido a su favor.

“Guancho cometió un grave error al responderle ¨Jefe, no podía quedarme con ese dinero, porque eso sería robar y yo no soy un ladrón¨. Trujillo montó en cólera y sacó de un bastón que tenía un estilete y se lo clavó en el corazón”.

 

Por Francisco Rafael Guzmán F.

 

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