EL NUEVO DIARIO, INTEERNACIONAL.- La enésima temporada para el olvido de los Minnesota Timberwolves se ha cobrado a su primera víctima. La última derrota ante los New York Knicks confirmó el despido de Ryan Saunders al frente del banquillo del equipo. El técnico había logrado el puesto en pleno curso 2018-19 tras el también cese de Tom Thibodeau.
Karl-Anthony Towns había sido desde aquel momento uno de los grandes valedores internos de Saunders, por lo que este cambio de liderazgo ha llevado a los medios de comunicación a preguntarse sobre el futuro en la franquicia del jugador. Pero, de momento, las aguas no se saldrán de su cauce a pesar de lo delicado de la situación deportiva actual.
“Si quieres construir un legado, hay que ganar. Y quiero construir mi legado aquí. Quiero ganar y quiero hacerlo aquí, con los Timberwolves”, declaró Towns al medio Star Tribune. “Voy a hacer todo lo posible para ello. Paso a paso. Ladrillo a ladrillo. Construyendo una cultura que está en marcha. Estar aquí durante mucho tiempo.”
Sin duda, estas son palabras tranquilizados para una franquicia y unos aficionados que están presenciando una temporada desastrosa. Los Timberwolves ocupan la última posición de la Conferencia Oeste con el peor récord de toda la NBA (7-24). El equipo ha mostrado una tendencia a desmoronarse en los instantes finales y la plantilla ha sido diezmada por numerosas lesiones y ausencias por motivos de salud.
En Minnesota han contratado al ex-asistente de los Raptors, Chris Finch, como nuevo head coach. Solo el tiempo puede confirmar si la front-office ha firmado los movimientos correctos pero, de momento, supone un alivio el visualizar que, al menos de puertas para afuera, la principal cara visible del proyecto mantiene su compromiso con el mismo.
