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23 de abril 2024
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Juan Hernández Inirio

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Nació en La Romana, el 20 de septiembre de 1991. Su nombre completo es Juan Antonio Hernández Inirio.

Poeta, ensayista y gestor cultural. Estudia licenciatura en Educación, mención Letras, en la Universidad Dominicana O&M. Es Director Provincial de Cultura de La Romana desde noviembre de 2016. Es miembro activo del “Círculo de Escritores Escalera de Papel” de La Romana.

Juan Hernández Inirio tiene publicadas hasta el momento, tres obras en el género poético, que responden a los títulos Cantar de hojas muertas (2010); Musa de un suicida (2014) y El oráculo ardiendo (2016). Varias revistas y articulistas especializados han reseñado su obra y su calidad poética, tal es el caso de un brillante artículo que le dedicara el Premio Nacional de Literatura 2014, Tony Raful Tejada y otro que sobre su poemario El oráculo ardiendo, le escribiera el intelectual Frank Núñez.

En lo particular, doy fe de que tenemos en este joven a una de las promesas más notables en el quehacer literario de República Dominica, pues he sido testigo de algunas de sus ponencias y no puedo negar que he quedado muy complacido con su magistral elocuencia; no tan sólo como productor de buena poesía, sino además como brillante disertante y presentador de obras de colegas suyos, quienes confían en su talento sin menoscabo de su edad.

Ha dictado charlas, talleres y conferencias en varias ediciones de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, así como en las ferias regionales del libro en La Altagracia, San Pedro de Macorís y Hato Mayo; además de la Festival Internacional de Poesía Palabras en el Tiempo 2009. Participa con regularidad en el Festival de Poesía en la Montaña, en Jarabacoa; de la Semana Cultural Artemiches, en Miches; la Semana de la Poesía, en Santo Domingo; Expo-Feria del Libro y Agroartesanal de San Rafael del Yuma; Feria del Libro de la universidad UNIBE recinto Cap Cana; Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer; entre muchos más.

Juan Hernández Inirio, a pesar de juventud, ya ha sido objeto de importantes reconocimientos y ha recibido relevantes premios en su corta trayectoria por el mundo de las letras; tales como haber formado parte de la delegación que participó en el primer Modelo de las Naciones Unidas de la Secretaría de Estado de Educación en el 2006; obtuvo el tercer lugar de poesía en el certamen regional Este para talleres literarios que convocó el Ministerio de Cultura en 2013; reconocimiento de la Presidencia de la República, a través del Ministerio de la Juventud, como finalista al Premio Nacional de la Juventud en la categoría Desarrollo Cultural, en los años 2013 y 2015; designado Joven del Año por la institución Estilo Juvenil, en 2016; nombrado Escritor del Año por los Premios El Oriente en 2016; declarado Hijo Distinguido de La Romana por el Concejo de Regidores y la Alcaldía de La Romana en el por la Ordenanza 19-2017.

Abanderado de gran osadía, Juan Hernández Inirio organizó y clausuró con resonante éxito, La Primera Expo-Feria Provincial del Libro y del Valor Civil La Romana 2018; celebrada en mes de junio de 2018 en el parque Juan Pablo Duarte de esa localidad, dedicada al escritor Laureano Guerrero, la cual incluyó más de 50 actividades de literatura, artesanía, teatro, música, grupos y expositores de distintos puntos del país, y contó además con un amplio respaldo y asistencia de toda la comunidad y sectores aledaños, en la que se hicieron presentes reconocidos escritores de la talla de Justiniano Estévez Aristy, Avelino Stanley, César Sánchez Beras, Eladio Uribe, José Enrique García, Denis Mota, Joel Rivera, Elsa Báez, Denisse Español, Francisco Suero, los críticos José Carvajal y Lillian Carrasco y la diputada y comunicadora Faride Raful, entre muchos.

El escritor Joel Rivera considera que Juan Hernández Inirio demuestra una alta erudición y alta conciencia poética, que lo sitúan como un gran conocedor del oficio. No hay dudas de que ha bebido de los poetas malditos y del simbolismo, pero no colige esta afirmación por el simple hecho de que en alguno de sus versos haya citado textualmente al autor del “La flor del mal”, sino porque el simbolismo propugnaba la autonomía de la palabra poética, defendiendo la idea de que debía emanciparse de la lógica y la gramática, para alcanzar la plena autonomía a través de sus valores intrínsecos musicales y vocales. Muchos de estos preceptos los encontramos en la mayoría de sus versos, donde la palabra, como signo individual, rompe el sentido semántico en el que fue colocada en el discurso poético, para lograr el sentido estético que amerita toda buena poesía.

La poeta, periodista y editora Elsa Báez, opina que Juan Hernández Inirio es un joven brillante, tenaz, entusiasta, respetuoso y con una excelente formación; sabe lo que quiere y trabaja honestamente para lograr sus resultados, alejado totalmente de los vicios de la envidia, la maldad y la codicia. En su poética se refleja una madurez milenaria.

Hace que los elementos que le rodean, dancen a su ritmo y los convierte en obras magníficas, porque el poeta es eso, un semidiós buscando una forma de escabullirse y de insertarse en el alma de sus lectores, conmoviendo y obligándonos a redescubrirnos ante cada poema plasmado. Le espera un gran futuro a este joven, tanto como escritor, gestor cultural, político y en cualquier área que desee incursionar, siempre y cuando no cambie su esencia.

Finalmente, el escritor, ensayista, poeta y Premio Nacional de Literatura 2014 Tony Raful, estima que este humilde alfarero de provincia, en el pórtico deslumbrante de las utopías y el desgarramiento, ajeno a los banquetes del poder, invoca la noción del asombro para aperturar la celebración del goce estético. Atrapa los elementos, convoca los ciclos humanos y los fusiona en el entorno próximo, invoca los aquelarres del ser más íntimo, recupera en la otredad la noción poética de la materia cantarina, de su inventario inútil y lo hace descender a los infiernos de Rimbaud.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un poema de Juan Hernández Inirio:

Isleño

País de cadáveres anónimos
como todos los lugares
bajo la luz de este siglo.

País en el que acabo de nacer
cuando las alas de una mosca
se ciernen sobre septiembre
como un ángel leproso flotando en público.

Mi ciudad tiene su propia muerte,
y es tan pequeña, tan mínima,
que arrastra hasta el litoral
la ficción de su estatura.

Cuando hablo de la noción de patria,
las palabras salen de un espejo de niebla.
Los días aquí no se enderezan.
No acaece un solo milagro.
Cualquiera que lea detenidamente
las sílabas de una promesa en blanco,
sabe que ha entrado a mi isla.

Cuando escribo ¨aquí¨, quizá sea
por la plenitud de esta orilla gris.
Espuma de mar. Incansables vendavales,
y al final, un horizonte digno de revertir.

Pensando con la lucidez de un trago,
las olas, como un puño, de pronto abrigan mi corazón.
Yo soy el verso sin cumplir
de mi bandera apuntando hacia el naufragio.

 

Por Ramón Saba

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