EL NUEVO DIARIO, BRUSELAS.- El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, abogó hoy por que el acuerdo de transición para la salida del Reino Unido de la Unión Europea tenga una duración de «en torno a dos años» y no sea renovable en el tiempo, para evitar así que los británicos queden en un «limbo europeo».
«El punto de vista de la UE es que el periodo de transición debería ser de unos dos años y no debería ser extensible o prolongable, debería ser limitado en el tiempo», señaló el mandatario irlandés tras una cumbre europea en la que los Veintisiete aprobaron comenzar las negociaciones sobre la futura relación entre Bruselas y Londres
En este periodo de transición propuesto, el Reino Unido ya sería un Estado tercero y no participaría en la toma de decisiones a nivel europeo, aunque sí deberá cumplir con reglas como las del mercado único y la unión aduanera, además de acatar las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE.
Varadkar hizo hincapié en la importancia de establecer un calendario para este periodo de transición, para evitar así «una situación en la que un Estado miembro que se va de la Unión Europea se quede en una fase de transición para siempre, en una especie de limbo europeo».
«No funcionaría para el país que se va ni para la UE, porque tendríamos otro país asociado a nosotros siguiendo todas nuestras reglas y pagando nuestro presupuesto sin ser un miembro real», advirtió.
Para Varadkar, los términos de este periodo de transición deben acordarse antes del día en el que está previsto que el «brexit» sea oficial, el 29 de marzo de 2019, para que «la fase de transición sea genuina».
«Nos gustaría tenerlo acabado para octubre del año que viene, así daríamos al Parlamento Europeo y a otros el suficiente tiempo para ratificarlo», explicó.
Preguntado por las intensas negociaciones entre Londres y Bruselas para lograr el «progreso suficiente» y cerrar los capítulos de la primera fase de las negociaciones, Varadkar se mostró «agradecido» por el nivel de solidaridad con Irlanda mostrado por la UE.
«Hemos tenido un enorme apoyo y solidaridad por parte de todos los otros Estados miembros e instituciones europeas. Muchos en torno a esa mesa hemos dicho que la razón de que la UE consiguiera un buen resultado en las conversaciones ha sido la unidad europea», afirmó el mandatario irlandés.
En ese sentido, recordó que el acuerdo para la futura relación entre Bruselas y Londres tendrá que ser ratificado por los parlamentos nacionales de los Veintisiete, por lo que no tendrá que satisfacer «solo a la UE en su conjunto sino a cada Estado miembro por separado».
Respecto a un posible acceso del Reino Unido al mercado único tras el «brexit», el primer ministro aseguró que le darían una «cálida bienvenida» si esa fuera su postura, pero recordó que «la idea de tener al mismo tiempo libre comercio y control absoluto sobre regulaciones propias no funciona».
