El escándalo de Odebrecht fue la gota que rebosó la copa de una estructura de corrupción que colmó la paciencia de la población. Por eso es muy importante que se entienda bien la situación para saber lo que debemos exigir y esperar de las autoridades.
Los casos de los Tucano, CORDE, CEA, OISOE, así como muchos otros de expedientes de funcionarios que han logrado salirse con la suya, confirman ese deterioro al que hay que ponerle cara de manera definitiva.
El Gobierno ha estado atendiendo estos últimos casos, pero las cosas no pueden quedar en la fase de sustituir a los responsables de esos hechos sin que los mismos paguen por esos actos irregulares e ilícitos.
Recuperar confianza es ir al fondo.