La autopista 6 de noviembre, que une al sur con la capital fue construida en el último período del presidente Joaquín Balaguer. Una obra que en su momento algunos sectores no estaban de acuerdo con esa variante de 19 km a la carretera Sánchez. Su costo llegó alrededor de RD$1,000 millones, unos RD$50 millones por kilómetros. Hasta ese momento se consideraba la más costosa. En la actualidad, vías de esa categoría tienen un presupuesto de más o menos RD$260 millones por kilómetros.
Antes de construirse esta obra, para ir al sur, los que vivían en la parte norte, tomaban la Luperón o la Isabel Aguiar, los de la parte este llegaban por la avenida Independencia y 30 de Mayo. Al final de esas avenidas hasta el peaje se producía un interminable tapón. La misma vino a aliviar las duras penas de ese pandemónium que absorbía la paciencia del más ecuánime de los humanos. Los que viajaban al sur continuaban por Haina en una carretera de dos carriles, para luego cruzar por el corazón de San Cristóbal. En ese trayecto se duraba más que llegar a Baní.
Esta autopista cuenta con una amplia plataforma de rodaje, compuesta por dos carriles en ambas direcciones y un tercero, interno, que, durante todo el tiempo, desde su construcción hasta finales del año pasado sirvió como paseo para parquear los vehículos dañados. A falta de retornos programados y al pasar el tiempo, a lo largo de la vía se fueron asentando algunos negocios que forzaron a cruces improvisados. Hace unos tres años, que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) intervino algunos puntos y construyó giros de retorno.
A mediado del año pasado el mismo ministerio decidió asfaltar los carriles internos integrándose al sistema de rodamiento rápido, con los siguientes agravantes:
-Se asfaltó encima de la capa de doble riego existente. Es decir, que el espesor de asfalto aplicado en esos carriles es muy poco para los tipos de vehículos y la velocidad a que transitan por la autopista, y, por consiguiente, en corto tiempo podrían deteriorarse.
-Que debido a los puentes existentes en ese trayecto se producen peligrosos estrangulamientos.
Los resultados no se hicieron esperar. Aunque la intención fue aligerar el tránsito en esta Autopista, y lograr una mayor fluidez en horas pico. La realidad es que se logra un mayor desplazamiento, pero, el que desconoce la vía, el tercer carril se convierte en una trampa mortal. Porque a la llegada de los puentes podría sorprenderse y sin tiempo para reaccionar, como ha sucedido. El accidente más reciente, dejó al menos dos muertes y varios heridos, por tanto, alertamos a los conductores a tener mucho cuidado.
Desde que esta autopista se construyó, escuché decir que esos espacios dejados en los puentes era una previsión para futuras ampliaciones, lo que indica, que, si esos carriles se iban a asfaltar, había que realizar una intervención en conjunto, que incluyera las ampliaciones de los mencionados puentes. En una conferencia en el CODIA, el Ministro de Obras Públicas Ing. Deligne Ascensión se refirió al tema, significa, que está al tanto de los problemas que provoca en la actualidad esta vía para los miles de conductores que transitan la misma.
Desconozco de los planes del MOPC, pero, puede estudiarse la posibilidad de la ampliación de los puentes, de esa manera tendríamos integrada, en toda su longitud, una vía de tres carriles. Independientemente de la decisión, se deben tomar las siguientes medidas:
-Corregir el deterioro del asfalto.
-Colocar señales verticales, como horizontales en los carriles internos, indicando el peligro, e ir forzando al conductor a tomar el carril central antes de llegar a los puentes.
-Construir cruces elevados en algunos puntos.
La ingeniería más que construir, encierra una gran responsabilidad social y, por ende, uno de sus propósitos debe ser la seguridad vial. Esperemos una pronta solución al drama presentado en una de la más importante autopista del país.
Por José Espinosa Féliz