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19 de abril 2024
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OpiniónLuis Columna SolanoLuis Columna Solano

Impresiones sobre el Brexit

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El reloj que marca la inminente salida del Reino Unido (United Kingdom) de la Unión Europea, el mayor bloque comercial del mundo, marcará un antes y un después en las relaciones de ambas partes, pero sobre todo en sus futuras relaciones. Ayer, tal y como fue anunciado, la primera Ministra británica Treresa May, activó el artículo 50 del Tratado de Lisboa, como requisito de inicio de la desconexión irreversible del club comunitario, al menos de forma unilateral.

En entregas anteriores habíamos predicho que, tras el resultado del referéndum del año pasado, Reino Unido suplicará volver al mercado común y desde ya, a pesar de que la primera ministra ha prometido a los ingleses un salida dura y favorable, (Brexit duro), la realidad es que ayer su carta enviada al presidente del Consejo Europeo Donald Tuck, planteaba una salida, pero con la clara intención de mantenerse comercialmente en el mercado común que representa a quinientos (500) millones de habitantes. La clave de la cuestión, es que las exportaciones de Reino Unido hacia el resto de la Unión Europea constituyen el 7.5% de su Producto Interno bruto (PBI), mientras que las exportaciones de los socios hacia ellos, es de 2.5% del PBI del bloque.

Esto, simple y llanamente, significa que los británicos, o mejor dicho el gobierno de Reino Unido, es consciente de que si durante el trascurso de estos próximos 18 meses de negociaciones, las mismas no se hacen bien, desde el 29 de marzo del 2019 todos los tratados de Unión (unos 150 aproximadamente), dejaran de surtir efectos en su país, por lo que la decisión soberana de marchase, podría ser comercial y socialmente catastrófica.

A tal efecto, y casi de inmediato, la canciller alemana Ángela Merkel reprochó a su homóloga Inglesa, que no se podrá salir y al mismo tiempo quedarse dentro. Esto en lenguaje coloquial significa que salida es salida (Brexit es Brexit) y quedarse, significa aceptar todas las consecuencias de los tratados, incluso la libre circulación de personas y mercancías.

Un dato importantísimo a tomar en cuenta es que el paso dado por Reino Unido de activar el artículo 50 del tratado para informar de su salida, no es posible dar marcha atrás, a menos que ambas partes así lo soliciten, y eso es casi imposible de ocurrir, ya que el gobierno británico está actuando por mandato del pueblo y del Parlamento, pero también porque la Unión Europa es consciente de que desde hace varias décadas, ese país estaba aportando menos de los que recibía en inversiones directas de la Comisión Europea y por vía del flujo de capitales, dado que este país ya gozaba del privilegio exclusivo de recibir cada año, el 65% de los fondos que como miembro del club y quinta economía mundial, aportaba al fondo común o fondo de cohesión. Este fondo está destinado a fomentar el desarrollo de aquellos países cuyo Producto Nacional Bruto o renta per capital, es inferior al 90% de la renta media de la Unión Europea.

 

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