El reconocimiento lo manifiesta en el editorial de la última tirada del semanario Camino, en el que valora, que se observa la disposición de hombres y mujeres que se consumen cada día sirviendo a los demás en el barrio, el campo, y la montaña más apartada.
“Estemos alegres, porque ha nacido Un Salvador, el que nació en Belén nos ha traído la alegría”. Para recordar, que fue el que cambió el sentido de la historia, está entre nosotros para guiarnos por el camino de la paz y la solidaridad, y así llegar al Padre como hermanos.
Los religiosos traen al presente la exclamación bíblica, “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad y así lo hemos proclamado siempre». Para entonces manifestar la esperanza, ¡qué hermoso fuera que esta alabanza la transformáramos en acciones concretas en favor de la justicia, que como decía el papa Paulo VI, es el nuevo nombre de la paz!.
“Feliz Navidad para todos los que hacen de su hogar un espacio de amor, respeto, diálogo y comprensión porque así demuestran que el Dios hecho hombre nació entre ellos”, se puede leer en otro párrafo .
Desea, que los gestos y acciones de ternura, entrega, y compartir con los demás, se multiplican en Navidad, que no los encerremos solo en los días de diciembre, sino que permanezcan durante todo el año; para así unirnos al cantor que exclama: «Que la Navidad sea el pan nuestro de cada día.»
Cita de nuevo al papa Francisco, quien en una de sus reflexiones indicó: «La Navidad no se trata sólo de algo emotivo, sentimental; nos conmueve, porque dice la realidad de lo que somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor, y también dentro de nosotros hay tinieblas y luces. Y en esta noche, cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: El pueblo en camino ve una gran luz”.
La máxima autoridad católica mundial agrega, que «esa luz nos invita a reflexionar en este misterio: Misterio de caminar y de ver, y que el espíritu de la Navidad llene de luz todos nuestros caminos, para que renazca la esperanza en nuestro pueblo, dejando atrás todo aquello que nos divide y puede llenarnos de pesimismo».
Por último, los católicos dominicanos llaman a abrir las puertas de nuestros corazones para acoger al que sufre, y brindarle el apoyo que lo busca.
