EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Al salir de viaje, desconectarse de la contaminación de la metrópolis cualquier ciudadano desearía vivir un momento con la naturaleza y disfrutar de sus encantos.
Después de una experiencia inolvidable junto a un grupo de colegas de la prensa que cubre turismo, te invitamos a que visites un oasis llamado Loma Pan de Azúcar (Helpa), situado en el corazón de Bayaguana, provincia de Monte Plata.
Helpa cuenta con piscinas, billar, cascadas, zipline, restaurante, paseos a caballo, senderismo, bicicleta de montaña, caminatas, go karts, bugys, entre otros atractivos.
A tan solo una hora de Santo Domingo encontrarás un hotel auto sostenible que posee cabañas de madera, que no se alimenta de energía eléctrica sino que produce su propia energía gracias a la instalación de paneles solares.
Lo que comenzó como un proyecto familiar se convirtió en proyecto turístico ecológico que lleva 6 meses transmitiendo paz, descanso y alegría a las personas que deciden descansar en este concepto.
Queremos que nuestros visitantes tengan la oportunidad de disfrutar, aprender y compartir responsablemente de la naturaleza.
“Somos una fuente de trabajo para nuestra comunidad, deseamos contribuir siendo una empresa de ejemplo a seguir bajo nuestro concepto y visión sostenible”, expresó Emilio Echavarría, administrador interino.
Este complejo turístico trabaja sin descanso hasta convertirse en referencia de turismo de aventura no sólo en la región sino también en todo el país, para el disfrute de los visitantes nacionales e internacionales.
Un hostal que está precisamente en la falda de la Loma Pan de Azúcar, en el corazón de Bayaguana y próximo al Parque Nacional Los Haitises.
“A través de un ambiente plenamente ecológico, protegemos y conservamos el medio ambiente y sus recursos naturales. Nuestro hostal es el más auténtico de la región, reconocido por la amabilidad en el servicio y la experiencia inmemorable que se lleva cada persona al visitarnos. Queremos que nuestros visitantes tengan la oportunidad de disfrutar, aprender y compartir responsablemente de la naturaleza”, dijo Valeria Canto, gerente residente.
Por Yissus Taveras
