Hace unos años a un tunante se le ocurrió protestar anunciando que se iba a echar gasolina y encender en fuego frente a la casa del Presidente Joaquín Balaguer, hizo públicos el día y la hora y allí se presentó con su envase lleno de carburante inflamable y hasta la caja de fósforos para cometer el hecho.
Una gran multitud se congregó en la Máximo Gómez, pleno centro de la ciudad, y cuando llegó la hora en vez de intervenir para que el suicida en potencia no cometiera el hecho, le gritaban que ejecutara la prometido, con tal fuerza y deseo que hasta lo hicieron correr por varias cuadras, la gente con la gasolina en la mano, exigiéndole que cumpliera su promesa.
Pues entre las cosas que escuchamos de boca de Salvador Holguín en el juicio seguido en su contra el día de ayer en la Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, estuvo la comparación personal que hizo de realizarse un disparo en uno de sus programas de televisión, si acaso era condenado por la jueza que conocía el caso, es decir si era hallado culpable de difamación.
Para ello hizo uso del ejemplo del político cubano Eduardo Chibás, quien fue el fundador del Partido Ortodoxo de su país en la década de los 30 del siglo pasado, y que frente a la imposibilidad de probar una serie de acusaciones que realizó en contra del ministro de educación del gobierno de Prio Socarrás, se pegó un tiro en una transmisión de su programa de radio.
Solo que parece que el señor Holguín no conoce la historia completa de lo ocurrido en Cuba en el año 1951, porque no creemos que lo hecho por Chibás, que nos imaginamos solo ha escuchado por las continuas referencias que hace del hecho Don Alvaro Arvelo, tenga algún tipo de relación con las continuas palabras difamatorias e injuriosas que contra diversos funcionarios públicos realiza cada día.
Eduardo Chibás en el año 1951 era el político cubano mas popular, catapultado al favor público una conducta rectilínea y buena fama ganadas en la lucha política dentro de una generación de políticos que dio a luz a personajes que ya pertenecen a la historia como el propio Fidel Castro, de quien fue compañero de partido.
Cuando acusó a uno de los funcionarios principales del gobierno de haberse robado cientos de millones de dólares puestos a su cargo, ante el reclamo del funcionario de que probara sus acusaciones y no poder hacerlo, optó por dispararse en una emisión de un programa de radio que producía diariamente y era el mas popular de esa época en toda Cuba.
Solo que cuando atentó contra su cuerpo con su propia mano no lo hizo disparándose en la cabeza, en la sien como dicen algunos al referirse a la unión de los huesos frontal y occipital en la cabeza, sino que el disparo lo hizo hacia sus partes intimas, lo que llamaríamos aquí ¨los timbales¨ o anatómicamente los testículos, y murió días después de las complicaciones derivadas del disparo en un centro médico de la capital cubana.
Por lo que fue condenado Holguín en la noche de ayer en cambio, fue por la agresión verbal mendaz y mentirosa en contra de una dama que merece todo el respeto de esta sociedad, por las virtudes que la adornan como madre, esposa, dirigente política y funcionaria pública, es decir un acto de cobardía innecesario y arrogante, en un país donde lo normal es que las personas ni siquiera se tomen la molestia de llevar temas como este a que se diriman en los tribunales.
En el caso de Yomaira, lo que ocurrió con Holguín es que se equivocó pensando que todo el mundo es igual y que se puede jugar con la honra y buen nombre de las personas usando un medio de comunicación para embarrar reputaciones, hacerse eco de rumores y darlos como un hecho, repartir culpas haciéndose pasar por ovejas puras, y en esta mujer le salió alguien que no está dispuesta a cargar con este tipo de señalamientos sin que haya un régimen de consecuencias para vilezas de este tipo.
La realidad es que en la República Dominicana los medios de comunicación de todo tipo de han convertido en el potrero donde abrevan una serie de personajes a los cuales solo les falta ¨comer hierba¨ por su falta de conocimiento y argumentos, y esta ausencia de cultura general e información particular para compartir con quienes pierden el tiempo escuchándolos, lo intentan cubrir con desinformación, falta de dicción y las mas de las veces calumnias personales que no todo el mundo esta dispuesto a soportar.
No todo el mundo es igual, y no todos tienen la misma piel de cocodrilo para soportar acusaciones falaces de personas que antes de hablar deberían establecer una conexión entre la lengua y el cerebro, por lo que a partir de esta sentencia esperamos que el lodazal en que se han convertido ciertos programas, emisoras de radio y canales de televisión se moderen un poco para que, en vez de desbordarse en provocaciones y ensañamiento a personas de bien, se dediquen a formar en valores a esta sociedad que tanto lo necesita.
Lo tradicional es nuestro país es que si usted se dedica a la política debe estar dispuesto a soportar majaderías y acusaciones de todo tipo por parte de personas dedicadas al uso de los medios de comunicación para el chantaje y la extorsión, muchos se comportan cual si fueran príncipes, viven a costa del Estado recibiendo dádivas de todo tipo, mientras acusan y desbarran contra los que no ceden a sus propósitos.
Ojalá que al señor Salvador Holguín no le tomen la palabra y exijan que cumpla con lo que prometió cuando tomó la palabra en la audiencia del día de ayer, podría su público, tal como ocurrió con el suicida de la Máximo Gómez, pedirle, ya que esta condenado por haber difamado a una dama sin ningún tipo de necesidad, que se dispare en el aire.
Solo que debe tener en cuenta de que el ejemplo que uso no es el mejor, Eduardo Chibás se disparó a nivel de donde supone estaba su hombría, la bala se desvió y le pegó en la ingle, y para nada queremos saber de un comunicador dominicano a quien le llamen ¨el eunuco¨, porque esas serían las consecuencias personales de una acción de este tipo.