Debido al estilo de vida corrompido que tuvieron muchos papas, hasta las personas no creyentes, se avergonzaran de ellos, cuando se enteraban que cometían adulterio, fornicación, sodomía, incesto, asesinatos, robo o mentían. Estos pecados fueron muy comunes entre los papas. Por eso, los invito a que mediten en los casos más escandalosos de la corrupción papal.
Papa Sergio II (904-911) Ocupó el trono papal por siete años y lo obtuvo, mediante asesinato. Los archivos del Vaticano dan cuenta de su conducta inmoral. Sostuvo relaciones sexuales con Marozia, prostituta a la que le engendró varios hijos ilegítimos. Por eso, Boronio y otros escritores eclesiásticos, lo describieron como un “monstruo” y “criminal aterrorizante”
Se supo que su concubina, Marozia, imitaba a la diosa madre de Babilonia, Semiramis, al vivir, dentro de la corte papal, con la pompa y lujuria que caracterizó al poderoso imperio romano. Tanto ella como otra mujer, llamada Teodora, llenaron el palacio papal de “hijos bastardos y lo convirtieron en un laberinto de ladrones”. Por eso, el papado de Sergio II inició “el reinado papal de los fornicarios”
Papa Juan X. Teodora hizo que Juan, un hombre que había sido enviado a Ravena como obispo, volviera a Roma y lo nombró Papa, para de esa manera, saciar sus deseos carnales. No obstante, su reinado terminó en tragedia, porque Marozia lo asesinó.
Papa León IV (928-929) Después que Marozia asesinó al Papa Juan X puso a León IV en el cargo. Sin embargo, al enterarse que él “había entregado su cuerpo a otra mujer más descarada que ella” lo asesinó también.
Papa Juan XI. Era uno de los hijos ilegítimos que engendró Sergio II a Marozia. Ella lo puso en el trono papal, siendo todavía un adolescente. Este tomó el nombre de Juan XI. Sin embargo, a consecuencia de un altercado que tuvo con enemigos de su madre, lo azotaron, lo pusieron en la cárcel y murió allí.
Papa Juan XII. En el año 955, después de varios encuentros sangrientos, un nieto de la prostituta Marozia ascendió al trono pontificio, bajo el nombre de Juan XII. Este se corrompió tanto, que los cardenales formularon cargos contra él, pero se negaba a responder por ellos y amenazó con excomulgar a sus acusadores.
A pesar de su negativa, los cardenales lograron culparlo de cometer los siguientes crímenes y pecados: incendiar edificios, tomar bebidas dedicadas a los demonios, invocarlos, obtener dinero de manera injusta, practicar juegos de azar y de ser notoriamente inmoral.
El referido papa convirtió el trono papal en “casa de prostitución pública” y provocó que el pueblo se airara contra él. Debido a su conducta, el obispo de Cremorne, Luitprand dijo: “Ninguna mujer honesta se atrevía a salir en público, porque el papa Juan no tenia respeto a mujeres solteras, casadas o viudas, puesto que no respetaba, incluso, las tumbas de los santos apóstoles, Pedro y Pablo”.
Como suele ocurrir en estos casos, la vida del atrevido pontífice terminó trágicamente, mientras cometía adulterio: el celoso y furioso esposo de la mujer lo mató.
Papa Bonifacio VII (984-985) Llegó y se mantuvo en el trono a base de dinero robado y asesinato, pues, encarceló y envenenó al Papa Juan XIV y estranguló y mató a Benedicto VI. Como consecuencia de ello, el pueblo romano arrastró por las calles su cuerpo desnudo y se lo echó a los perros, pero la mañana siguiente, unos sacerdotes piadosos lo enterraron secretamente.
El Papa Silvestre II lo consideró “un horrendo monstruo que sobrepasó a todo mortal en su maldad”, pero la Enciclopedia Católica lo cataloga a él mismo de ser “un mago que pactaba con el diablo”.
Papa Juan XIV (985-996) Este papa repartió las finanzas de la iglesia a los miembros de su familia y fue catalogado de “codicioso, de torpes ganancias y corrompido en todas sus acciones”
Papa Benedicto VIII (1012-1024) Este papa “compró el oficio mediante chantaje”
Papa Juan XIX (1024-1033) Otro de los papas que compró el papado y cruzó, en un solo día, la escala de los títulos eclesiásticos reconocidos.
Papa Benedicto IX (1033-1045) Benedicto IX fue elegido como papa a la edad de 12 años, mediante arreglos monetarios con las familias que controlaban a Roma. Este papa-niño creció en la maldad, cometiendo homicidios, adulterios y permitiendo que robaran a los peregrinos que visitaban las catacumbas. Fue catalogado como un horrendo criminal y lo desterraron de Roma.
El nivel de la corrupción era tan alto, que el cargo de papa se compraba y se vendía. En vista de ello, los comerciantes seculares intervienieron en el nombramiento de los papas. Por eso, Enrique III, emperador de Alemania, eligió a Clemente II (1046-1047), debido a que los sacerdotes romanos eran corruptos, deshonestos y fornicarios.
Papa Inocencio III (1194-1216) En materia de homicidios, sobrepasó a sus predecesores. Asesinó más de un millón de supuestos herejes y promovió la práctica más grave del fanatismo y la intolerancia religiosa: la Inquisición. Este sistema estuvo vigente más de 500 años, como forma de retener el poder. Solo Dios sabe ¿cuántas personas fueron muertas por no estar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia católica Romana?
Papa Bonifacio VIII (1294-1303) Este papa practicó la brujería y llamó mentiroso e hipócrita a Cristo. Profesó el ateísmo y negó la existencia de la vida eterna. Fue un homicida y pervertido sexual. Sin embargo, escribió la bula Unam Sanctum, en la que declaró que la Iglesia católica era la “única y verdadera” y que una persona salvaba el alma perteneciendo a ella y sometiéndose al papa de Roma.
Para este representante del anticristo, la salvación del alma se obtenía por medio de la Iglesia Católica y el papa de Roma. Negaba a Cristo como nuestro único medio de salvación y por eso, lamentablemente, muchos católicos siguen pensando como él. ¡Que Dios tenga misericordia de ellos y los ilumine!
Durante el reinado de Bonifacio VIII, Dante, el autor de “La Divina Comedia” visitó Roma y describió el Vaticano como “el alcantarillado de la corrupción” y lo puso a él, a Nicolás III y a Clemente V “en las profundidades del infierno”. Otro crítico del estilo de vida vaticano fue Petrarca, quien lo definió como un “centro de violación, adulterio y de toda clase de fornicación”.
Papa Juan XXII (1410-1415) Por otro lado, los papas se acusaban y se insultaban durante las reuniones conciliares. Juan XXII compareció ante el Concilio a dar cuenta de su conducta y 37 obispos y sacerdotes lo acusaron de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, hurto y homicidio. También, presentaron pruebas de que había violado 300 monjas y 200 muchachas de Bolonia, quienes habían sido víctimas de su lujuria.
El Concilio solo pudo culparlo de haber cometido 54 crímenes y lo depuso del papado, pero él optó por huir, para no ir a la cárcel. Un informe del Vaticano indicaba que el papa Juan XXII “cometió perversidad con la esposa de su hermano, incesto con santas monjas, tuvo relaciones sexuales con vírgenes, adulterio con casadas y otros actos contrarios a la vida y enseñanzas de Cristo”.
Pero eso no fue todo. También aumentó su fortuna personal, poniendo impuestos a todo, incluso, a la prostitución, la usura y los juegos de azar. Lo llamaron “Diablo encarnado” y fue considerado “el más depravado criminal que se haya sentado en el trono papal”
Papa Pio II (1458-1464) Se caracterizó por seducir a las mujeres y engendrar numerosos hijos ilegítimos. Era experto en métodos de auto indulgencia y fue seguido por Pablo II (1454-1471), quien mantuvo una casa llena de concubinas y la tiara papal con joyas que valían más que un palacio.
Papa Sixto IV (1471-1484) Tuvo dos hijos ilegítimos con su manceba Teresa y los hizo cardenales, junto a ocho de sus sobrinos, aún niños. Financió sus guerras con la venta de posiciones eclesiásticas y usó el papado para enriquecerse él y su familia. Se ha dicho que rivalizaba con los césares, en lujos y extravagancias y su familia sobrepasó en riquezas y pompa, a las familias distinguidas de Roma.
Papa Inocencio VIII (1484-1942) Engendró 16 hijos en varias mujeres. Multiplicó los oficios clericales, los vendió por altas sumas de dinero y permitió corridas de toros en la Plaza de san Pedro.
Papa Alejandro VI (1492-1503) Su nombre original era Rodrigo Borgia y llegó al papado mediante chantaje con los cardenales. Mientras se desempeñó como cardenal y arzobispo, tuvo relaciones sexuales con una mujer llamada Vanozza y con Rosa, su hija, a la que engendró cinco hijos. Asimismo, cuando lo coronaron como papa nombró uno de sus hijos menores cardenal en Valencia y vivió en incesto con dos de sus hermanas y su hija Lucrecia, con quien tuvo dos hijos. También realizó, dentro del Vaticano, la orgia sexual más grande que ha conocido la humanidad.
Papa Pablo III (1534-1549) Siendo todavía cardenal, engendró 4 hijos y celebró el bautismo a dos de sus biznietos el día de su coronaron como papa. También designó 2 de sus sobrinos como cardenales. Incluso, consultaba los astrólogos y llegó a celebrar festivales con cantantes, bailarinas y bromistas dentro de la casa papal.
Papa León X (1513- 1521) Antes de cumplir 13 años fue elegido para 27 oficios clericales distintos, que consideraba medios de ganancia y los usó para comprar el cargo de papa y pensaba que quemar herejes era una orden divina.
Por aquellos días, viajó Martin Lutero a Roma y se dio cuenta que no era una ciudad santa, debido al nivel de corrupción que había dentro del clero. Describió la conducta de los papas peor que la de los emperadores paganos y criticó los banquetes que se hacían en la casa papal con mujeres desnudas. En fin, vio cosas increíbles y oyó la frase que decía: “Si hay infierno, Roma está construida sobre él.”
¿Hubo papa femenino?
Otra experiencia que desagradó a Lutero en Roma fue ver en la vía pública la estatua de una papisa. Esta tenía, entre el cetro y la mitra papal, un niño en los brazos, lo que le llamó poderosamente la atención. Representaba una mujer llamada Juana, que había nacido en la tierra del Rhin, en Ingleheim y era muy aclamada por su sabiduría.
La habilidosa mujer se había disfrazado de hombre, para ingresar al famoso monasterio de Fulda, próximo a Frankfurt. Estudio allí y en Inglaterra y Atenas. Su aval académico le permitió trabajar como profesora en la Schola Graecorum de Roma, o Colegio de Diáconos, donde ganó tanta influencia como hombre, que fue elegida papa.
Ella tenía más de dos años ocupando el pontificado, cuando se descubrió su condición de mujer, mientras iba en una procesión. Comenzó a sentir fuertes dolores en el vientre y de inmediato dio a luz un niño, que lamentablemente, le produjo la muerte. Por esa razón, se le erigió una estatua en aquel lugar.
Hasta donde sabemos, ha sido el único papa femenino que ha existido dentro del catolicismo romano y por razones obvias, el Vaticano ha ocultado esta historia, debido a que rompe la supuesta doctrina católica de la “sucesión apostólica”.
Sin embargo, tuvo presente en las discusiones previas a la Reforma y los propios papas la conocían. El papa Anastasio la menciona en el escrito titulado “Historia de los pontífices romanos” y por esa razón, los candidatos a papa tuvieron que someterse a examen físico, hasta el siglo XV, para evitar que se repitiera el caso de la papisa Juana.
En conclusión, el nivel de inmoralidad que ha caracterizado la vida de los papas mencionados, no significa que todos fueran tan corruptos como ellos. Se han citado los peores, para demostrar que la “sucesión apostólica” y la infalibilidad de los papas carecen de fundamento.
Por tanto, resulta contradictorio que los papas se hayan hecho llamar “Santos Padres”, “Vicarios de Cristo” “Obispos de Obispos” y “Sumos pontífices”, cuando en realidad han sido de todo, menos santos.
Tampoco fueron sucesores de Cristo y de Pedro, como han pretendido y se explicó en el artículo anterior, sino, que provienen de un sacerdocio pagano, que representa los principados, potestades y autoridades, “que el judaísmo reconoció como categorías de espíritus en el siglo I”, contra estos debe dirigirse la lucha espiritual de cada verdadero creyente en Jesucristo (Efesios 6:12)
También hay que señalar, que el Vaticano sigue siendo la cabeza visible de un poderoso imperio político–religioso, llamado catolicismo romano, que se hace pasar como representante del Dios Todopoderoso en la tierra, siendo un gobierno humano, que funciona mediante embajadas y embajadores en distintos países.
En vista de que Dios no quiere que se pierda ninguna alma, EL llama al papado actual, junto a sus cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas, diáconos y feligreses, a que se arrepientan de sus pecados y se conviertan al Evangelio. Los llama a que promuevan su reino y su justicia, mediante la enseñanza, predicación, fe y obediencia a su Santa Palabra (La Biblia)
Los llama a que prediquen, específicamente, el Evangelio de arrepentimiento, para perdón de pecado, en los hogares, en la comunidad, en los centros de trabajo, las escuelas, las universidades, las iglesias, hospitales y en otras instituciones. Por último, los llama, encarecidamente, a que abandonen los ídolos y vivan en santidad.
Fuentes consultadas:
- Biblia Plenitud, versión Reina Valera, 1960
- Ralph Woodrow, “Babilonia, Misterio Religioso” (antiguo y moderno) Págs.142-153. Temas varios. Ref. 22.00.74, IBSN 84-599.5994-5
Por: Enrique Aquino Acosta