Hay una diferencia
El problema de nosotros es que nunca pasa nada para sancionar las malas acciones. La agresión al Congreso Nacional, por segunda vez, por un grupo de manifestantes encabezados por el diputado reformista Pedro Botello es inaceptable en una democracia.
Los que cometieron tal tropelía en el Capitolio de los Estados Unidos han sido apresados, procesados, y el agitador que fue el pasado presidente Donald Trump tiene abierto un juicio político.
Esa es la diferencia importante, esencial para entender nuestra impunidad apañada por parte de los propios legisladores, incapaces de entender la delicadeza de la cuestión y mucho más para actuar con responsabilidad.
Todo queda permitido, hasta ensuciarnos sobre la cama.