Como militante del PLD y parte de su secretaria de asuntos electorales, regularmente participo de foros y encuentros internacionales que aglutinan a partidos y movimientos de izquierda o progresistas.
Todo peledeístas que siga a las ideas de Bosch no puede negar su esencia progresista o de izquierda puesto que, el boschismo, base ideológica del PLD, está sustentado en la teoría y métodos de trabajo defendidos por Marx. Además, los que como yo creen en la justicia social y la equidad en la administración de los estados, siempre jugamos a la izquierda.
Pues bien, en estos encuentros se intentan articular acciones que permitan enfrentar las disímiles problemáticas latinoamericanas y, últimamente, también articulamos acciones para enfrentar una ofensiva conservadora que con herramientas no democráticas intenta despojar del poder a todo líder progresista o impedir que éstos lleguen a él.
En las sesiones de trabajo los discursos llueven, muchos ajustados a la realidad con propuestas concretas y otros llenos de consignas que hacen difícil el camino hacia la articulación de acciones concretas, tanto así que al finalizar estos encuentros algunos compañeros dicen: «nos reunimos, escuchamos discursos, pero ahora qué hacemos».
Es por eso que veo con buenos ojos la propuesta hecha por el presidente Nicolás Maduro, durante el 24 encuentro del Foro de Sao Paulo, donde solicitó más periodicidad en estas reuniones y la definición de métodos de trabajo claros, que permitan crear una ofensiva progresista que conquiste las plazas pérdidas y las que aún no son nuestras.
Conquistas que se deben usar para ponerse al servicio de los pueblos de América Latina, para construir nuestra independencia económica con el fortalecimiento de esquemas de integración que permitan consensuar actuaciones concretas en cuanto al comercio, las aduanas, etc.; que permitan lograr nuestra independencia política que nos permita establecer criterios comunes en torno a los temas relacionados al devenir global y que a su vez, nos permita apuntalar la región como un jugador estratégico en el tablero geopolítico.
Ojalá y esta propuesta marque el inicio hacia una ofensiva real y definitiva que nos permita lograr la verdadera independencia latinoamericana.
Por Mihail García