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19 de abril 2024
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OpiniónLuis FernándezLuis Fernández

Hambre y crisis alimentarias

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El número de personas en el mundo que sufre inseguridad alimentaria sigue aumentando a un ritmo alarmante, el hambre aguda se está disparando a niveles sin precedentes y la situación mundial sigue empeorando, por lo que se prevee más desempleo, más inflación y aumento de los precios de los alimentos, en consecuencia más pobreza y desigualdad.

Los conflictos políticos y sociales, la crisis climática, el COVID‑19, el aumento de los costos de los alimentos y los combustibles y la guerra de Ucrania y Rusia, han contribuido a crear situaciones devastadoras para el hambre mundial, provocando un círculo vicioso de pobreza, que puede conducir a, agitaciones sociales e inestabilidad política y conflictos, además del aumento de los flujos migratorios en varias regiones del mundo.

En una rueda de prensa celebrada en Ginebra el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA), señalo que, al aumento de los precios de los alimentos se añaden los mayores costes de transporte marítimo y aéreo, que en la región se han multiplicado por siete, lo que amenaza con dejar en situación de inseguridad alimentaria a 14 millones de personas en Latinoamérica, casi un 50 % más que la cifra actual que es de unos 9,7 millones.

 Este gran número de personas que cada día aumenta más requiere asistencia alimentaria y ayuda solidaria urgente para salvar vidas, el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos PMA, Sr. David Beasley, ha señalado que, ‘’ necesitamos urgentemente financiación de emergencia para sacarlos del abismo e invertir esta crisis mundial antes de que sea demasiado tarde”.

Lola Castro directora del PMA para la región latinoamericana, ante la grave situación ha señalado que, “el mundo depende de tres cereales: el maíz, el arroz y el trigo. Esta crisis ha demostrado que existe una necesidad urgente de diversificación. América Latina y el Caribe cuenta con un gran repositorio de alimentos ancestrales, como la quinua, que puede desempeñar un papel importante para garantizar la seguridad alimentaria mundial”.

Fundada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el PMA y la Unión Europea, en 2016, la Red mundial contra las crisis alimentarias es una alianza internacional de agentes humanitarios y del desarrollo que trabajan juntos para prevenir, prepararse y responder a estas crisis y apoyar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al hambre.

 El 6to. informe anual 2022 presentado recientemente por esta Red mundial contra las crisis alimentarias, revelo que,’’ 193 millones de personas de 53 países o regiones en el mundo se encuentran en una situación de crisis o emergencia alimentaria’’, agregando que, “la situación exige una acción para avanzar hacia enfoques integrados de prevención, anticipación y mejor orientación para abordar las causas profundas que provocan estas crisis’’.

Una de las conclusiones de este informe nos dice que,’’ como la pobreza rural estructural, la marginación, el crecimiento demográfico y la fragilidad de los sistemas alimentarios, aumentan las crisis alimentarias a un ritmo alarmante se hace más urgente que nunca hacer frente a las causas profundas de estas crisis en lugar de solo responder después de que estas ocurren’’, como ha ocurrido en muchos casos.

Asimismo, el más reciente informe especial de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), acerca del impacto en América Latina y el Caribe del conflicto bélico en Ucrania dice como conclusión, ‘’desaceleración económica, mayor inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales que aumentarán la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria.

El informe de la CEPAL dice, ‘’Al mismo tiempo, las economías de América Latina y el Caribe comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021. Mientras al cierre de 2021, la inflación anual de la región alcanzó 6,6%, esa tasa aumentó a 8,1% en abril de 2022, mientras que muchos bancos centrales anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año’’.

El organismo regional prevé que la pobreza y la pobreza extrema se elevarán por sobre los niveles estimados para 2021. La incidencia de la pobreza regional alcanzaría 33,7% (1,6% más que el valor proyectado para 2021), mientras que la pobreza extrema alcanzaría 14,9% (1,1% más que en 2021), lo que indica el informe, ‘’implica otro retroceso en la lucha contra la pobreza’’.

 La situación es dramática en términos sociales y humanitarios: ‘’el deterioro macroeconómico implica que 7,8 millones de personas se suman a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo. un bajo ritmo de crecimiento y de creación de empleos, más la aceleración de la inflación llevaría a un aumento en la tasa de desocupación y a la elevación de la pobreza y la pobreza extrema en 2022’’, señala el informe de la Cepal.

América Latina ha sufrido crisis múltiples por el cambio climático y la pandemia, , lo que con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, ha dimensionado aún más  esta crisis en la región, frente a esto el Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, Mario Cimoli, ha  resaltado que, ’’la presente coyuntura no debe ser vista como un fenómeno aislado pues sus efectos se combinan con los causados por más de un decenio de crisis acumuladas’’.

En el caso de República Dominicana la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), presenta un nivel de subalimentación de alrededor de un 5,5% de la población, colocando en 600,000 personas las que están en condición de inseguridad alimentaria, lo que hace necesario establecer políticas públicas para acabar con el hambre, la pobreza y la desigualdad.

El Estado tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de sus ciudadanos y República Dominicana que hace varios años estaba entre los países que han logrado avances importantes en la región, no puede permitir que la inacción de los funcionarios actuales del gobierno, a la hora de impulsar la producción nacional, genere un problema serio de seguridad alimentaria.

La población dominicana es muy vulnerable y está soportando en estos momentos una alta inflación, un gran aumento del costo de la canasta familiar y un deterioro del salario, lo que coloca a los dominicanos en una grave situación que pone en peligro la seguridad alimentaria en el presente y en el futuro cercano los expone a riesgos de padecer pobreza y extrema pobreza.

Debemos evitar lo que dice la FAO, ‘’República Dominicana debe prepararse para una escalada de precios prolongada», haciendo que las actuales autoridades protejan la producción nacional y dejen de favorecer a los importadores, que es lo que garantiza continuar con lo que habían logrado las autoridades pasadas que fue que más del 85% de lo que consumíamos los dominicanos estaba garantizado por nuestros productores.

 

Por Luis Fernández

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