El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) cumplió a cabalidad el proceso de evaluación, con objetividad y total transparencia, de los 85 profesionales que se postularon para cinco cargos titulares y sus respectivos suplentes en el Tribunal Superior Electoral (TSE) y cuatro vacantes en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) cuando, el pasado miércoles 19, el pueblo dominicano recibió la esperada exclamación: ¡Habemus TSE!
Esta oportuna proclamación fue complementada con el formal e institucional juramento que, en Palacio Nacional, les tomó el (21-7-17) Presidente Medina a los magistrados que superaron los fulminantes cuestionamientos a que fueron sometidos por integrantes del CNM, de cara a la población que le dio seguimiento a través de la TV, redes sociales e informaciones que, minuto a minuto, ofrecían diferentes medios de comunicación, sobre el arduo proceso de evaluación meticulosa a todos los aspirantes a ser miembros de las Altas Cortes de nuestro país.
Con estas designaciones hubo cuasi consenso nacional. La oposición política, con apenas una excepción, la opinión pública y representantes de las organizaciones de la sociedad civil vinculadas al quehacer jurídico y político valoraron con notas positivas y optimismo al conjunto de los jueces seleccionados.
La amplia gama de felicitaciones que, personal y públicamente, recibieron los nuevos integrantes del TSE y SCJ opacó por completo las desfasadas e injustificadas “patadas de ahogados” que al respecto lanzaron dos miembros del CNM.
Tenemos la esperanza y convicción de que, con ese admirable respaldo, los honorables magistrados Román Jáquez Liranzo, como presidente titular del TSE y sus miembros, Santiago Salvador Sosa, Ramón Arístides Madera, Rafaelina Peralta y Cristian Perdomo asumirán la responsabilidad institucional de administrar justicia con equidad, independencia, transparencia y prudencia ante las diversas confrontaciones y quisquillas que el modus operandi de la política nacional les presentarán.
Es obvio y una mala práctica de que, aquellos querellantes que resultaren afectados por una de sus sentencias acudirán al “sambenito” de la parcialización con el gobierno o partido oficialista. Por eso, los honorables magistrados del TSE deben estar conscientes, revestidos y preparados a escuchar con paciencia toda clase de denuestos e infamias que les endilgarán determinados políticos o fracciones de partidos cuando no les favorezcan sus decisiones, sin importar lo justas y equilibradas que fueren.
La democracia, la correcta administración de justicia a los litigios políticos, el sosiego y el fortalecimiento del sistema de partidos resultaron gananciosos con esta sabia, prudente y transparente elección, razón por la cual felicitamos a los jueces titulares y suplentes ya juramentados y emitimos votos de reconocimiento al intenso y transparente trabajo realizado por el CNM, gracias a lo cual podemos proclamar al mundo que, en la R. Dominicana, acabamos de obtener un gran triunfo político y social porque ¡Habemus TSE!