Esta pandemia del coronavirus es un desafío superior para todos, sin lugar a dudas que el presidente Danilo Medina y su gobierno ha respondiendo con valor, inteligencia y resiliencia que siempre le ha caracterizado.
Tenemos que entender que serán muchos y muy rápidos los cambios a los que nos enfrentamos, desde perder el trabajo, empresas pequeñas y bienes, hasta adaptarse a trabajar desde casa, adecuarse a convivir y preocuparse por toda la familia, con los niños todo el día y padres en riesgo de no afrontar el contagio.
La realidad es que nos enfrentamos a un enemigo silencioso, invisible, traicionero, cada dominicano debe asumir la responsabilidad de protegerse, para así proteger cada miembro de su familia y a la sociedad, debemos resistir.
Esta situación peligrosa, lacerante y de vida o muerte nos ha sacada del corazón las muestras de solidaridad, generosidad, colaboración, compasión y sentido humanitario.
Es hora de unidad…
Por la vida nuestra, por las vidas de nuestros hijos, esposas, madres, padres y abuelos quedémonos en casa, honremos asi a los verdaderos héroes de esta crisis, los trabajadores de los hospitales, que enfrentan día a día a la muerte.
Es triste leer cada día en la prensa la muerte, las pérdidas artistas, de médicos, policías, sacerdotes y gente del pueblo, al tiempo que vemos políticos indolentes criticando, confrontando a las autoridades que indiscutiblemente hacen un esfuerzo extraordinarios para salvar vidas inocentes.
Todos deberían ayudar a que el pueblo llano, sencillo, de a pie haga conciencia del peligro que late sobre ellos de muerte si no se queda en casa, que ayuden a que esta gente, que además sufrir el peligro de la pandemia, sufre los avatares de la crisis económica, de no tener empleo ni vivienda, y que desesperada, demostrando no tener respeto por el resto de la comunidad.
Lo correcto y lógico es organizar mejor para evitar las aglomeraciones.
La situación económica que provoca esta crisis, el desempleo, hace al ambiente más violento y hostil, la gene se descontrola, ahí los políticos, partidos y líderes comunitarios, alcalde y concejales deben asumir su responsabilidad en sus comunidades.
Solo unidos podemos lleno de esperanza y determinación vencer esta pandemia.
Desde esta atalaya de comunicación hacemos un llamado a nuestros compatriotas para convertirnos en un medio de solidaridad, en una fuente de luz que se expande a través de la amabilidad, la compasión, rechazando el alarmismo, la discriminación, el deseo desaforado de sacar provecho económico de la crisis.
Justo es reconocer que el gobierno, las autoridades locales, municipales han reaccionado acertadamente, aunque a veces se notan floja y permisibles, castigar a los desaforados y falta de conciencia que violan el toque de queda, este es un momento de exigir e imponer disciplina.
El pueblo tiene la obligación y el deber de escuchar la información oficial, denunciar a los abusadores, proteger y defender a los indefensos.
Por Fernando Peña