Inmediatamente se concretó la división del Partido Revolucionario Dominicano, el jacho se apagó quedando únicamente Guido Orlando Gómez Mazara dispuesto a enfrentar a Miguel Vargas Maldonado. La gran mayoría percibía su esfuerzo de lucha como infructuoso; sin embargo, su resistencia hoy cambia todo el panorama luego de una sentencia bastante diferente a las que con anterioridad dictó el antiguo pleno del Tribunal Superior Electoral.
Un PRD disminuido en su mínima expresión, MVM se avistaba solo en la dirección de la organización blanca. Todo parecía que no había nada que pudiese hacer que el Canciller se tambaleara, hasta que la sentencia TSE-Núm. 002-2018, la cual declara la nulidad de todas las disposiciones acordadas en la Convención Nacional Extraordinaria Dr. Pedro Franco Badía de fecha 3 de diciembre del 2017; lo cual destruyó el perredeismo moldeado a imagen y semejanza de Miguel Vargas.
La decisión dictada por el TSE, tomó por sorpresa a todos los actores del escenario político, demostrando que fue un error catalogar la batalla institucional asumida por Guido Gómez de inútil y no debía ser definida con la frase que reza: “Quien no pelea en la guerra es un cobarde y quien pelea en tiempos de paz es un tonto.”
Todo el panorama que de por sí, ya se vislumbraba bastante confuso, ahora se tinta aún más complicado. Nada está escrito, nada se puede asegurar ni confirmar, por el contrario, ahora surgen más interrogantes que respuestas. Todo a partir de lo que podría suceder en la convención que se deberá celebrar por orden del TSE.
Era impensable que GGM obtuviera una ganancia de causa, luego de que el TSE validara la pseudo convención donde se disputaron la presidencia del PRD, que más bien se asemejo a un matadero o una película del viejo oeste; por la sencilla razón de que MVM no puede dejarse contar los votos ni muerto. Tiene más miedo a los procesos democráticos que el diablo a la cruz y esta decisión emanada por el TSE, lo obliga a verse nuevamente con su enemigo más temido, las urnas de votación que están desesperadas por pasarle factura.
Si partimos de la siguiente premisa, de que en un proceso interno puramente democrático, quien debe alzarse con la victoria es Guido Gómez. Podrían abrirse las puertas del PRD, se conjeturaría una posible reunificación o la alianza natural entre PRD y PRM. De ocurrir esto, veríamos una oposición menos disgregada en perjuicio del oficialismo. La perseverancia del hijo del moreno y doña Carmen Mazara, prueba que saber esperar es una forma de vencer y que no se puede derrotar a quien no se rinde. La posición democrática defendida por Guido está en su mejor momento ante la imposición que caracteriza el manejo partidario de MVM, quien actualmente opera una organización bisagra al servicio del PLD.
Irónicamente los dirigentes perredeistas celebran la sentencia porque, simplemente están hastiados de la dedocracia, sin importar si pertenecen a la tendencia de MVM. Lo único que buscan es dinamizar el PRD, para probar su liderazgo en su partido, partiendo de la lógica, no es absurdo que se aplauda esta decisión, porque sin disidencia no hay organización política.
De una eventual victoria del grupo disidente del PRD de MVM, se puede presumir que la salida del Bloque Progresista sería un hecho o podría suceder lo mismo que con el PRSC. Dividirse en grupos y cada quien por su lado, lo que sería una segura imposibilidad de revitalizar las siglas del partido blanco. Sea como fuere, la sentencia anteriormente mencionada, acaba de echar una pasta de jabón al sancocho de lo que en vida fuese el miguelismo, el cual según el fallo tiene un control ilegitimo del PRD.
Cabe recordar que el discurso enarbolado por GGM, aseveró que quienes al principio lo vilipendiaron por enfrentarse a las prácticas antidemocráticas, para asegurarse favores y el visto bueno de MVM, terminarían a su lado. Quienes hoy han conformado el frente divergente contra MVM, antes fueron parte de sus acólitos. La suerte está echada y aunque cometa el pecado de la redundancia, debo reiterar que una convención netamente democrática, MVM no tendría oportunidad alguna frente a Guido Gómez Mazara.
Este nuevo capítulo en el forcejeo que GGM inició como si fuese el llanero solitario, hoy ha dado un revés, que quien menos lo esperaba era MVM y deja claro que en las luchas políticas siempre se asiste a un velorio sin saber quién es el difunto.
Entiendo prudente concluir con la siguiente frase del expresidente estadounidense, John Quincy Adams, cito: “La paciencia y perseverancia tienen un efecto mágico ante el que las dificultades desaparecen y los obstáculos se desvanecen.”