EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-El doctor Guido Gómez Mazara, dijo hoy que el ascendiente en núcleos ciudadanos alcanzados por «los verdes» vía las marchas registradas en puntos importantes del territorio nacional obligan a una reformulación del activismo partidario porque despojó a las partidos tradicionales el monopolio de las masas.
Para el abogado y dirigente político, el impacto del mensaje contra la impunidad y corrupción articulado desde el movimiento social se conecta con los sectores medios y de base que, tanto en las organizaciones como en segmentos importantes de la sociedad, entendieron que las cúpulas partidarias no desean abordar ni exhiben la autoridad ética para encabezar las jornadas de adecentamiento de la vida pública.
Gómez Mazara sostuvo que en la medida que la propuesta verde siga conquistando el corazón de la gente, los partidos tendrán que entender que los parámetros de la ciudadanía deben ser asimilados por las organizaciones que por años presumieron que sus reglas internas podían imponerse al resto, articulando códigos de conductas y comportamientos extraños, validados alrededor de blindajes en un sistema de justicia integrado bajo el criterio de que las élites partidarias, al participar en cuotas de designación, no podían ser perseguidas penalmente.
El exconsultor jurídico y profesor universitario, agregó que el rezago de los dirigentes institucionales de los partidos, al posponer el acompañamiento de los ciudadanos en el reclamo sobre aspectos que afectan el desenvolvimiento de la vida institucional, perdieron autoridad que se sustituyó de inmediato por nuevos actores que están ganando la confianza de la gente al marchar y exigir las reformas que no parecen prioritarias por los líderes partidarios tradicionales.
Gómez Mazara reconoció que, sin quererlo, los partidos serán impactados de forma positiva por toda la carga contenida en el reclamo del movimiento social y los llamados «verdes» debido a que lo noción de lo electoral y el instinto de preservación dará señales a los amos y dueños de las organizaciones, ya que su viabilidad en el futuro inmediato está vinculada a experimentar cambios en sus mandos parecidos al anhelo de la ciudadanía y no la de seguir orientando sus maquinarias partidarias alrededor de la agenda e intereses de sus cúpulas.
