EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – La vocera del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en el Senado, Faride Raful, favoreció este miércoles que todos los partidos políticos puedan ser objeto de penalización ya que, como dijo, con este aspecto se garantizaría mayor transparencia en las militancias.
Según la senadora del Distrito Nacional, los partidos políticos «no pueden estar exentos de responsabilidad penal» porque reciben y manejan recursos del Estado y de procedencia privada, por lo que pudiera darse el caso de que algunas filas tengan recursos que provienen de actos ilícitos.
En ese sentido, Raful sostuvo que los partidos políticos deben tener las mismas sanciones que se imponen a las empresas que cometen fechorías y dichos castigos deben estar contemplados en el proyecto de Código Penal que se estudia actualmente en el Congreso Nacional.
La senadora reiteró que las militancias partidarias manejan financiamientos para las campañas políticas de sus candidatos, por lo que respaldó que el uso de estos fondos se haga de manera transparente o que, de lo contrario, cualquier fila partidaria pueda ir a un juicio a responder acusaciones.
Específicamente con el tema de los candidatos, Raful explicó que sus acciones particulares y el uso de sus fondos para campañas es una acción que compete a las leyes electorales y de agrupaciones partidarias, las que deben rendir castigos por el accionar de los aspirantes.
Es por esto que la vocera mostró su apoyo para que los partidos políticos puedan hacer una depuración a nivel de leyes electorales y no de normativas de lavado de activos, como se ejecuta en la actualidad.
Para la senadora, la Junta Central Electoral (JCE) también juega un papel protagónico en la fiscalización de los recursos a candidatos y partidos ya que, a su parecer, este órgano tiene la responsabilidad de revisar el accionar de militancias y candidatos.
En cuanto al uso de recursos ilícitos para campañas electorales, Raful explicó que estos fondos tienen orígenes dudosos cuando los candidatos no refuerzan la empatía hacia su público elector y, por tanto, se ven compelidos a recurrir a acciones clientelares que aumentan desproporcionadamente los gastos y hace que los aspirantes busquen fondos privados de orígenes dudosos.
