Las 1.110 escuelas serán inspeccionadas por equipos de cuatro personas que incluyen personal de FEMA y contratistas del Gobierno de Puerto Rico, según se detalló hoy en un comunicado de prensa.
Las evaluaciones se realizarán en tres fases, según la prioridad que determine el Departamento de Educación local.
La primera fase consistirá en evaluar 400 escuelas que actualmente abiertas, 271 que están programadas para recibir estudiantes adicionales debido a la clausura de otras como parte del Plan Fiscal del Gobierno, y otras 129 que también están designadas como refugio en caso de un desastre.
La segunda fase será para otras 444 escuelas que quedan abiertas, y la tercera fase para 264 escuelas que están programadas para consolidación.
La secretaria de Educación, Julia Keleher, indicó en el comunicado que el propósito de la evaluación de las escuelas es para «ofrecer más estabilidad» a los 319.000 estudiantes del sistema público, cuyo próximo curso escolar arrancará el 14 de agosto.
«Este es un esfuerzo crítico que contribuirá grandemente al bienestar de estudiantes y padres, y ofrecerá certeza a nuestros estudiantes de que asistirán a escuelas seguras», afirmó.
El proyecto de evaluación coincidirá con el receso de verano, lo que permitirá a FEMA y al Departamento de Educación determinar la elegibilidad para recibir asistencia federal a fin de reparar y reconstruir las escuelas.
Por su parte, el coordinador federal alterno de FEMA, Justo Hernández, indicó que los resultados de la evaluación serán importantes para identificar todos los posibles fondos federales disponibles para reparar las escuelas.
«Tenemos la oportunidad de ayudar a transformar el sistema educativo en Puerto Rico y de reconstruirlo más fuerte y más resistente. También queremos incorporar medidas de mitigación a todos los proyectos para proteger la infraestructura», señaló.
Por EFE
