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19 de abril 2024
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OpiniónGregory Castellanos RuanoGregory Castellanos Ruano

Esperanza vana

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El último día del año dos mil diecisiete (2017), es decir, el treinta y uno (31) de Diciembre pasado, El Nuevo Diario Digital publicó una noticia en la que se resalta como uno de los deseos esenciales de la población dominicana el deseo de que la delincuencia acabe en el dos mil dieciocho (2018):

«Metas 2018: Eliminar feminicidios y reducir la delincuencia. Nacionales. Por Liliam Mateo, domingo 31 de diciembre, 2017  EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Dominicanos de diferentes estratos sociales plantean como metas a lograr en este 2018 que “se acabe la violencia en las calles,  eliminación de los feminicidios y creación fuentes de empleo”. Reporteros de El Nuevo Diario salieron a las calles para realizar un sondeo entre los ciudadanos con respecto a sus aspiraciones para el entrante 2018.   Mariliana Michel Moreno, quien se levantó a barrar las calles, una de ellas la Dr. Delgado, en el sector Don Bosco, y pidió que “se acabe la delincuencia, menos atracos, más empleos, del sector San Carlos y 18 años”.

“Como muchacho que yo soy quiero que se acabe la violencia, que la policía que meta mano y que cuiden a las mujeres, yo como hombre que no quiero maltrato ni para mujeres ni ser humano”, plantea Miguel Pérez.   Wilson Pinales afirma que “los feminicidios, los hombres tener un poco más de conciencia y pensar que vinimos de una mujer, yo espero que logremos eso en este 2018”.   Emilio Sánchez cree que la situación está “muy mal, muy mal…cada hombre debe tomar su pareja, en vez de muerte, mucha felicidad y amor”. Pidió a los hombres no agredir a su compañera.

Milton Jiménez Beltré: “Lo primero que hay que resolver es la sinvergüenza que hay, a veces el gobierno no tiene la culpa, sino sus funcionarios”.   Rafael Martínez dice: “Lo principal es respeto al derecho ajeno, salir de este gobierno es permisible, un gobierno que se vive endeudando, este país tiene que tomar otro giro, ese problema que hay de asesinar a muchas mujeres es por la situación económica y que no hay respeto entre hombres y mujeres, el hombre no puede que si no es mía no es de nadie, es decir la mujer no  es de nadie”.   El taxista de  Villa Mella, Fermín Báez narra: “yo salí a las seis de la mañana y no he hecho el primer servicio, este 2017 fue malo,  malo porque el dinero no circula”.«

Como se puede ver, fuera de los feminicidios, que son expresiones de emociones violentas entre parejas, y fuera de la falta de circulación de dineros, el primer aspecto que se resalta en la noticia citada es el del arropamiento de la sociedad por la delincuencia y el deseo de que esta última se elimine.

Pero los políticos que tuvieron que ver con el desencadenamiento de la delincuencia, con su auge y con el arropamiento que la misma ha hecho sobre la sociedad dominicana en todo el territorio nacional, no están sintonizados en ese deseo, no están sintonizados con en esa esperanza; peor: están contra ese deseo y contra esa esperanza: y esa actitud suya obedece simple y llanamente a que no quieren admitir su culpa en el genocidio y en los robos a borbotones que se ha producido y se producen desde que el Código Procesal Penal entró en vigencia en la República Dominicana; sus legisladores gurupiés no dan un paso si aquéllos nada les dicen.

Y los co-responsables de todos los asesinatos y robos estimulados por el `Estatuto de Libertad` y la Impunidad que les proporciona el Código Procesal Penal (CPP) a quienes los cometen son los que patrocinaron que se acogiera y se mantuviera vigente dicho Código Procesal Penal (CPP): los Jorge Subero Isa, Francisco (Pancho) Alvarez Valdez, Servio Tulio Castaños Guzmán, Eduardo Jorge Prats, Ramón Núñez, Carlos Salcedo y otros tantos cuyos nombres al momento de escribir este tema no recuerdo en su totalidad, todos los que componen a la “Participación Ciudadana“ (¿?), que ni es participación ni es ciudadana, y todos los que componen a la mal llamada “Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS)“ (¿?), que realmente no aboga ni por la Institucionalidad ni por la Justicia, etcétera.

Se ha llegado hasta al cinismo: de que parte de ésos co-culpables del auge de la delincuencia hablan sobre ese auge de la delincuencia y «critican« (¿?) ese auge como si éllos no hubieran tenido nada que ver con eso.   Una parte de éllos hasta participó recientemente en un congreso o cónclave en Santiago convocado por un denominado «Consejo de la Seguridad de Santiago (COSESA)« que más desorientado no puede estar.

Esos autocreidos «redentores jurídicos« (¿?) decían que buscaban liberar a la sociedad dominicana del «autoritarismo« (¿?) y creyeron que con su «revolución jurídica« efectivamente estaban «liberando« (¿?)  a la sociedad del «autoritarismo« (¿?).

Tras la «liberación« (¿?) de la sociedad dominicana «oprimida« (¿?) por el «autoritarismo« (¿?), tras la «liberación« (¿?) de los dominicanos «oprimidos« (¿?) por el «autoritarismo« (¿?), materializada dicha «liberación« (¿?) por vía del Código Procesal Penal (CPP), surgió esta delincuencia asfixiante respecto de la cual la población dominicana tiene esa `vana esperanza` de que se le ponga término en este año dos mil dieciocho (2018) que se inicia.

De un supuesto «autoritarismo« (¿?) supuestamente incrustado en el anterior Código de Procedimiento Criminal (CPCr) se pasó a un real autoritarismo en el sentido literal y estricto del término: al autoritarismo de los delincuentes, que fueron los que realmente fueron liberados    –en el sentido literal y estricto de la palabra-   con el Código Procesal Penal (CPP): gracias a este los delincuentes son los que ejercen `su autoridad` sobre todo el territorio nacional.

Tras esa «liberación« (¿?) cepepeísta de la sociedad dominicana «oprimida« (¿?) por el «autoritarismo« (¿?), tras esa «liberación« (¿?) cepepeísta de los dominicanos «oprimidos« (¿?) por el «autoritarismo« (¿?), los ciudadanos no delincuentes no pueden desplegar libremente su actividad que es la de no delinquir, que es la de trabajar, que es la de disfrutar sanamente de la vida; pero los ciudadanos delincuentes sí pueden desplegar libremente su actividad: que es la de delinquir.

¡Vaya con esa «liberación« (¿?)!: ¡Qué «liberación« (¿?) más extraña!

Hasta que eso (el cambio de régimen procesal penal que se materializó a partir de la entrada en vigor del Código Procesal Penal (CPP) a finales del mes de Septiembre del dos mil cuatro (2004)), no se comprenda por parte de la sociedad dominicana como la causa a partir de la cual se originó el referido auge de la delincuencia, todo seguirá igual y empeorando; mientras no se comprenda eso por parte de la sociedad dominicana la esperanza de esta de que se acabe con la delincuencia será una `esperanza vana`.

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