La participación de los ciudadanos en los espacios públicos está relacionada directamente a factores como seguridad, limpieza, orden, instalaciones adecuadas y correcta iluminación, es decir, tranquilidad en el disfrute del entorno público. Una de las consecuencias principales de la inseguridad ciudadana es el cambio en el comportamiento social que genera en las personas. En el caso del Distrito Nacional un 47% de los munícipes consideran la inseguridad como un problema que les afecta su calidad de vida en la ciudad. (Datos encuesta del gobierno de la seguridad en el D.N., mayo 2013, realizada por el Ayuntamiento del Distrito Nacional).
Normar y gestionar el espacio público, tanto urbano como rural, garantizar su correcto mantenimiento, en los parques, áreas verdes y jardines, así como también la construcción de las aceras, ornato público, limpieza vial y la recolección de residuos sólidos constituyen responsabilidades de la gestión local. (Ley No. 176-07 del Distrito Nacional y los municipios, en su art. 19 establece cuales son las competencias exclusivas o propias de la gestión local ).
La encuesta del gobierno de la seguridad en el Distrito Nacional, realizada por el Observatorio Ciudadano del Ayuntamiento Distrito Nacional en el mes de marzo del 2015, expresa que un 65.2% de los munícipes consideran la urbe como un territorio inseguro, es decir, que la percepción de la ciudad como un territorio urbano inseguro por parte de sus ciudadanos, está directamente relacionada a la falta de gestión y orden que adornan sus espacios públicos. Jordi Borja en su investigación la Ciudad es el Espacio Público afirma al referirse a esta problemática que “la pobreza del espacio público los hace aún más pobres”.
Siguiendo al autor en su afirmación nos planteamos las siguientes interrogantes ¿Es posible disfrutar en tranquilidad de un entorno urbano donde no exista orden? ¿Motiva la participación social un entorno sin instalaciones adecuadas? ¿Genera integración social y convivencia ciudadana la sensación de inseguridad?; Evidentemente la respuesta es negativa, cambiar esta percepción ciudadana, para garantizar mayor integración social (uso de los espacios públicos), y mejorar la calidad de vida de los munícipes, requiere de una gestión centrada en enriquecer los espacios públicos mediante la aplicación de las ordenanzas establecidas, para así garantizar el disfrute pleno de sus visitantes.