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24 de abril 2024
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Escenario de guerra en el mundo

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Estados Unidos de Norteamérica inició unilateralmente un ataque en contra de Siria el pasado jueves seis de abril. Un racimo de cincuenta y nueve misiles del tipo Tomahawk, poderosa arma de precisión mortal, cayó sobre una base militar en el occidente de ese país, matando a seis e hiriendo a un grupo de soldados.

Asimismo, el Presidente Donald Trump ha enviado próximo a la península de Corea, a su poderosa flota del Pacífico, para iniciar un ataque unilateral en contra del régimen de Corea del Norte.

En el planeta existe una desproporción geopolítica y un asimétrico orden internacional. Con la nueva administración norteamericana surgen temores de un posible rompimiento de este «orden» ante una escalada belicista que patrocina el nuevo inquilino de la Casa Blanca en Washington.

Existe tensión en torno a un posible rearme atómico-nuclear, debido a que el Presidente Donald Trump -en campaña- opinó que su país debe “reforzar y expandir enormemente su capacidad nuclear…”.

Trump, también en campaña, le reveló al The New York Times y The Washington Post que “Estados Unidos debe replegarse en la escena internacional y dejar que los países que ahora dependen de su poderío militar se defiendan a sí mismos, incluso desarrollando armamentos nucleares”. Definitivamente, el nuevo Jefe de la Casa Blanca apuesta al rearme nuclear, con las fatídicas consecuencias que esto tendría para la paz en el globo terráqueo. Un rearme nuclear y el inicio de hostilidades, pudiera terminar en un conflicto a escala planetaria.

Los Estados Unidos gasta actualmente unos seiscientos mil millones de pesos en gasto militar, y el Presidente Trump ha revelado que planea un incremento de un 9.27%, es decir, cincuenta y cuatro mil millones más durante el año 2018. El mandatario, -difundió el periódico español El Mundo-, calificó la decisión de aumentar el gasto militar como un «acontecimiento emblemático» que es, además, «un mensaje al mundo, en estos tiempos peligrosos, de la fortaleza, la seguridad, y la determinación de Estados Unidos».

El magnate inmobiliario tiene como objetivo apuntalar el poderío militar estadounidense a los niveles apropiados para rescatar lo que él ve como la grandeza perdida de su país. Estados Unidos tiene una súper numeraria fuerza armada, compuesta por 1,3 millones de soldados, 750,000 civiles empleados por el Departamento de Defensa y más de 800,000 soldados ‘de fin de semana’ de la Guardia Nacional.

Ese nivel de inversión le ha permitido a EE.UU. poseer armamento de última generación, como el avión de combate F-35, que puede costar US$130 millones por unidad y un portaviones, el Gerald Ford, el más nuevo de la flota naval estadounidense, con un costo estimado de US$13,000 millones.

Si Estados Unidos se rearma lo harán en igual proporción aliados y enemigos. Será una alocada carrera para tener supremacía en un proyecto de muerte.

La paz mundial hoy es una quimera, una utopía sin concreción, porque hay un nuevo líder aposentado en la Casa Blanca respondiendo a los caprichos de la industria armamentista, el complejo militar-industrial que fomentan la guerra.

El mundo, aún en recesión económica por la crisis global del 2008, pudiera enrumbarse hacia un reforzamiento de escenarios de guerra. La pacífica Suecia, por ejemplo, acaba de anunciar el restablecimiento del servicio militar obligatorio, cuestión que tenía suspendido desde el 2008.

Algo no exagerado es que organismos de seguridad, centros académicos e institutos de “estrategia e inteligencia” de Europa y Estados Unidos, ya analizan un escenario posible de una tercera guerra mundial. Crucemos los dedos.

 

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