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19 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

¡Es lo que se debe decir, sin tapujos, o rodeos!

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¡Dejémonos de estar adornando tanto la píldora! La corrupción no nos sigue. El flagelo llegó aquí y se instaló para quedarse. ¡Esa sí que es la gran verdad! El mismo encontró un excelente caldo de cultivo en Dominicana, “sazonado” por los más altos representantes de los sectores político y empresarial que gravitan en todo el acontecer nacional.

La práctica está establecida en este país como una norma amoral más permitida, respaldada por fuertes camajanes locales, que bastante se benefician de ella, y que les cubre un amplio manto de impunidad judicial, a cuya instancia – el Poder Judicial -, son llevados sus más fieles representantes, sin vista ni oídos, para actuar en contra de aquellos turpenes envalentonados y protegidos.

El nudo de la corrupción generalizada en los países tercermundistas, verbigracia el nuestro, con principalía a nivel la estatal, es muy fuerte, debido a los tantos hilos internos y externos que lo conforman, y que le hacen de sólida estructura. Por tanto, se torna muy difícil de enfrentar sus amarres, para el combate sostenido de rigor; sin que medie una firme voluntad política, y la fortaleza debida.

Los poderes sectoriales que convergen en el mal, práctica dolosa que ya se ha hecho casi una costumbre en la República, interfieren sobremanera, e impiden las ejecutorias de lugar, por las incidencias, y solapamientos procurados, en el marco de la instancia principal competente, el Poder Judicial.

Cabe agregar aquí, que ya los jueces y fiscales, lo que menos hacen es servir a las sociedades; son actores parcializados en favor de los sectores empresariales y políticos hegemónicos regentes. Para completar el mal, los abogados por su parte, han pasado de ser auxiliares de la justicia, a cómplices más bien de los delincuentes; son grandes defensores de los corruptos, salvo las excepciones menores a la vista.

Con sobrada razón se afirma que, “MAYORÍA DOMINICANOS CREE LA CORRUPCION ESTÁ EN AUMENTO EN EL PAÍS”.  Se agrega en adición que: El 66% de los dominicanos sostiene que la corrupción aumentó en los últimos 12 meses, de acuerdo a un nuevo informe de “Barómetro Global de la Corrupción en América Latina y el Caribe 2019” ¡Innegable eso!

Además, se entiende como conservador ese porcentaje publicado. ¡Eso vas más allá! (Véase “periódico “HOY”, del 24-9-19).  También se habla en otro medio de la misma fecha – “Listín Diario” – de que “RD está situada entre los países con mayor corrupción”. ¡Qué etiquetas alusivas más desagradables!

La gran pregunta sería, ¿cómo tratar de limpiar esa imagen? Otra, ¿quedarán hombres impolutos y decididos aquí para hacerlo? La verdad es que, esas son cosas que están por verse; máxime, cuando no se evidencia el concurso necesario de la juventud local, que solo está pensando en reguetón, drogas, chateos telefónicos, como la moda de última, para estar en pinta, etc.

¡Qué pena da este país!

 

Autor: Rolando Fernández

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