Si existe un fracaso en la línea de conducta de los inmigrantes ilegales en USA no culpemos solo a los demócratas, los mismo ilegales comparten también, los mismos errores de base. Con su mal proceder, los inmigrantes ilegales, han tratado de convencer a Donal Trump para que resuelva sus problemas migratorios en Estados Unidos, esa alianza con los demócratas los persigue como fucú, complacido en propósito, para llevarlos al mismo infierno.
Los demócratas han preparado un plan perfecto para el fracaso de los ilegales; se detuvieron en el tiempo y lo envolvieron en un problema analítico con todo brillo sintético, prepararon a los inmigrantes como máquina que funciona con botones y, con frecuencia les imponen fuerza para el ataque dándole títulos y consuelo, esto los hizo perder el hilo y la cordura de su ponencia. En vez de dialogo disfrutaban de las maldiciones al presidente Trump. Hicieron el caso casi individual, por más que el presidente lo deseara no podía premiar a sus detractores.
Así se perdió la batalla y la guerra de los inmigrantes, no solo los demócratas fueron los culpables, también los inmigrantes que se dejaron utilizar para mortificar el camino del gobierno republicano que dirige el señor Trump.
Ese proyecto químico, de los demócratas, ahora le niega su apoyo y le ha ganado enemigos dentro de su propio partido. El comportamiento demócrata lo reconozco como un modelo diabólico para gritar cada vez más fuerte sin importar los resultados; en lo externo se configura una percepción determinada al fracaso como éxito. Así los demócratas creen tener un punto fuerte para atacar por siempre al gobierno republicano, pero los inmigrantes reconocen ya que esa trampa demócrata le hizo mucho daño a su plan de lucha.
Por cierto, no dejamos de reconocer que el presidente Donal Trump es un hombre que posee un caudal extrovertido del uso de ideas fuera de la caja. Está protegido por el factor sábila, que en salud significa, sabiduría natural armada.
Por Román Polanco