Este proceso electoral de medio tiempo que vive la Republica recoge el hastío y el descontento que los dominicanos sienten hacia los partidos políticos y políticos.
Desencanto y cansancio. Son los sentimientos que se palpa no solos en los activistas de los partidos sino en la población.
Se observa en la clase política, en los dirigentes un desaire, un descuido que raya en preocupación. Diciembre y la resaca de las primarias de los partidos así lo ha reflejado.
De parte de los dirigentes del PLD es como si la estabilidad económica y social que vivimos le bastara, aliados y sus propios compañeros de partidos así lo expresan.
La oposición, llámese PRM, ilusionada con el juego de la división del PLD y el coqueteo con Leonel Fernández, como si eso le bastara para ganar, sumido en una real división y parálisis partidaria, proclamando una supuesta crisis y deterioro general de la economía y el país, que solo está en su mente.
Todos se engañan los unos a los otros.
Las encuestas dan con un estancamiento en un 47 por ciento al PRM y el PLD y su candidato creciendo, lo que avizora que nada nuevo habrá de pasar en este 2020.
El PRM ha canalizado mal el descontento de una franja de la población y la gente le teme a su falta de cohesión, le teme a que se rompa la estabilidad económica y social que a pesar de la bulla mediática vive la nación dominicana.
El PRM y su candidato presidencial no ha encajado con los problemas y retos de la sociedad dominicana. Su alianza con el expresidente Leonel Fernández, ex presidente del PLD, acusado por ellos en múltiples ocasiones del padre del desastre y la corrupción, le ha desnudado y perjudicado demasiado.
La cacareada lucha contra la corrupción y la impunidad que vendió el PRM, el supuesto cambio ha quedado impune en una inyección de incredulidad al aliarse al tres veces expresidente peledeista Leonel Fernández.
Los jóvenes y la población en general ven que con el PRM no habrá un antes y un después…
Prefieren seguir apoyando lo que sienten y ven seguro en término de estabilidad económica y social bajo la conducción del PLD y aliados, ahora con cara nueva y propuestas de cambio desde el gobierno.
La ciudadanía, los diferentes sectores nacionales no alcanzan a ver un sustituto…
En dominicana no hay colapso social ni económico ni político, decir lo contrario es mentir, la gente lo sabe, la oposición se equivocó al pregonar eso, y se abrazaron a expresidente Leonel Fernández, creyendo que su salida del PLD y su ataque al gobierno crearían la crisis que ellos deseaban para el país.
Con la salida del PLD del expresidente y presidente del PLD, Leonel Fernández, todo sigue igual, las instituciones siguen funcionando, el PLD sigue creciendo y fortaleciéndose, el país se prepara exitosamente para unas elecciones municipales que marcaran el rumbo de las presidenciales de este año.
No hay fuerza política relevante, corriente que tenga la fuerza para desviar al país del camino de tranquilidad y progreso que transita de la mano del presidente Danilo Medina.
Aunque como es lógico, hay capas de la población que sienten que no están representados por el gobierno ni el PLD y fuerzas aliadas, esa es la democracia.
En definitiva, las urnas dirán, los votos de los ciudadanos hablaran en febrero y en las elecciones presidenciales que se acercan, aquí hay una sociedad que está organizada, que tiene su agenda y que tiene una relación de amor y odio con los partidos políticos.
Y que entienden que no pueden prescindir del mundo de la representación formal. Por ello rechazan el galloloquismo de algunos políticos y proclamados líderes, que quien el caos y el desorden institucional, para ellos pescar el rio revuelto.
Así, entre el descontento y hastío de los partidos políticos el Penco y el PLD se consolidan…
Por Fernando Peña