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24 de abril 2024
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OpiniónJesús M. GuerreroJesús M. Guerrero

¡En política la percepción es realidad!

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Me tomo la libertad de comenzar este escrito con la frase de Albert Binet, cito: “La experiencia y el razonamiento nos prueban que en toda percepción hay trabajo.”

La semana pasada con la publicación de la encuesta Gallup en un reconocido periódico de circulación nacional, la cual arrojó luz respecto al escenario electoral con miras al 2020.

Tanto como en la cuadra oficialista y opositora, lo que como de costumbre ha dado rienda sueltas a las manifestaciones favorables y negativas sobre la encuesta; algo bastante común en el quehacer político durante los últimos años donde la veracidad y objetividad de estos estudios ha sido atacada por los adeptos del candidato que no ha sido beneficiado con la mayoría de las respuestas prósperas de parte de los encuestados. En la misma se pueden observar varios tópicos que reflejan pronósticos bastantes desalentadores para la oposición y peor aún, su poco crecimiento desde los comicios pasados.

En la entrega pasada, daban 18% a Abinader y en esta entrega le dan 14.3%, a Leonel Fernández 14.2%, al Presidente Medina 13.8% y a la Vicepresidenta Cedeño 10.2%.

Pero, más determinante es que en la entrega pasada la tasa de rechazo de Fernández era de un 49% y en la actual de 22%, paradójicamente Abinader no exhibe una alta tasa de rechazo pero pierde 4 puntos porcentuales en comparación al estudio anterior y debemos resaltar que el Presidente constitucional Danilo Medina esta constitucionalmente inhabilitado.

En el aspecto de la apreciación respecto quien será el próximo presidente de los dominicanos, 21% entiende que Leonel Fernández, mientras que Abinader solo es respaldado por un 12%.

Lo que evidencia que la percepción de derrota es una de las principales debilidades de quien se perfila como el candidato opositor, datos que son una radiografía perfecta del descontento generado por la claudicación de Abinader ante la aprobación de la Ley de Partidos Políticos y de paso como dinamitó el bloque de partidos opositores en el proceso.

Otro aspecto que lacera toda fibra opositora es el dato de que 10% de los encuestados perciben al expresidente Fernández como la oposición, es decir, el equilibrio democrático. Algo tan devastador que demuestra la inefectividad política del PRM y que en vez de criticar estas revelaciones, deberían someterse a un proceso de autocorrección, pero una cosa es con guitarra y otra con violín, parece ser que las debilidades institucionales del PRD aún continúan vigentes en el PRM.

Peor aún, el 49% no se identifica o no sabe quien encabeza la oposición, lo que exhibe que después de la división que sirvió para dar cabida al PRM, destruyó todo foco disidente del gobierno.  

Irónicamente se han pasado descartando al expresidente Fernández, lo han subestimado y en el escenario de que tenga la candidatura oficialmente contaría con un 47% de respaldo para nuevamente escalar los resortes del poder.

Mientras los antagonistas del oficialismo se han empecinado en atacar al Presidente Medina que no se ha referido respecto a otra reelección y según los datos revelados un 75% del país no apoya otra modificación constitucional y a lo interno del partido morado un 57% tampoco, lo que parece un espejo de lo acontecido en el 2012.

Más demoledor es lo referente a las preferencias partidarias, el PLD cuenta con 38.6%, mientras las demás organizaciones “mayoritarias” no cuentan ni con 20%.

Lo que demuestra que erróneamente comprenden que la candidatura presidencial solo depende del candidato, cuando realmente el partido es lo principal y la candidatura lo accesorio. Sin un partido fuerte y unificado es imposible la victoria electoral. Es justo recordar que el voto fuerte era propiedad del PRD en el pasado, rondando del 35% al 40% y hoy vemos que el PLD tiene ese caudal de votos fieles.

Todos estos datos vertidos en la última entrega de la Gallup-Hoy, son parte de la percepción y está en política es realidad, lo que se percibe es el regreso del expresidente Leonel Fernández y la derrota del PRM. Desde el 2004 hasta la fecha los principales partidos opositores han fallado en únicamente enfocarse en el proceso interno para asegurar la candidatura, sin entender que la lucha por el poder se divide en procesos y estos cambian inmediatamente se logra un objetivo.

Las líneas comunicacionales de las campañas, los spot publicitarios y demás no conectan con el electorado. Si analizamos su actual eslogan “El cambio va”, ha sido utilizado por MVM, “El cambio va pero con Miguel” e Hipólito Mejía “El cambio”; esta es una de las tantas razones de la debilidad del proyecto de Abinader.

En la Cumbre de Comunicación Política celebrada en el país, se estableció que los votantes no se identifican ni creen en el lema del cambio político. Producto de las decepciones y demás situaciones, cito: “Los oficialismos poseen el poder ejecutivo y los opositores habitualmente son meros espectadores de la realidad y solo comentan. No se puede superar políticamente al adversario solo desde el rol de comentarista.”  

Es muy común que los votantes sientan que “el cambio” es una promesa desmesurada, ya que al final nada cambia tanto. Por lo tanto, se vuelven un tanto incrédulos sobre el mismo. Por demás, han sido incapaces de generar expectativa sobre el futuro y su pasado en el PRD no es muy esperanzador.

Otro punto tratado en La Cumbre de Comunicación Política fue la crítica, cito: “Es un tema de timing. Hay que criticar, pero primero hay que hacer cosas para ganar legitimidad antes de criticar. Se deben generar acciones para evitar que la gente diga “el otro lo hace mal, pero además de criticar ¿tú qué haces?”. Esa es la pregunta que los votantes hacen a la oposición. Se deben hacer cosas para satisfacer simbólicamente las demandas ciudadanas.”

Estas son algunas de las fallas en las que incurre la oposición y por tanto, la poca percepción de victoria que exhiben en las encuestas con prestigio.

Concluyo con un fragmento del artículo Muchas encuestas y frases, pocos debates, autoría del politólogo, Gabriel Palumbo, cito: ““Con el estructuralismo se puede ir lejos, pero nunca demasiado lejos.” Así comienza uno de los ensayos de Antony Giddens. Lo mismo podría decirse del marketing político. Los motivos por los que un ciudadano, en una sociedad razonablemente libre, decide votar a uno u otro candidato son difíciles de mensurar y, a menudo, indescifrables.”

Por; Jesús M. Guerrero

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