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19 de abril 2024
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OpiniónManuel Hernández VilletaManuel Hernández Villeta

En marcha, la Embajadora

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Muchos se preguntan cuál será la agenda de trabajo de la embajadora de los Estados Unidos. Hasta el momento se ha quedado en visitas protocolares. Las dos más importantes al presidente de la República y al alcalde del Distrito Nacional.

Ya la Embajadora fue llamada a consulta de urgencia, para tratar el establecimiento de relaciones entre la República Dominicana y China. Claro está que los norteamericanos enfrentan las relaciones diplomáticas con la China Continental.

Vendrán muchas presiones que por el momento no han sido exhibidas en público, pero que si están en el medio del camino.  El gobierno dominicano tendrá que forrarse en acero, para poder hacer frente a las presiones mediáticas del Norte.

De seguro que la Embajadora en su última visita a Palacio trató el caso Chino, sobre todo en casi víspera de que el presidente Danilo Medina realice su periplo por el oriente. Hoy la guerra es económica, lejos de la etapa de las guerrillas de lo mejor del campo. Aunque para chinos y norteamericanos el poder descansa en los cohetes, y para pequeñas escaramuzas, en los fusiles.

El tema de la reelección, si va o no va, tiene que estar en la carpeta de la señora Embajadora. Es una situación que causa ronchas, y no puede pasar desapercibida en el macuto de un enviado de esa gran potencia. La reelección se puede decidir en el frente local, pero necesita  el espaldarazo de los norteamericanos. Esta sigue siendo tierra de su influencia.

Somos partidarios del establecimiento de las relaciones diplomáticas con China. Cada país es dueño de su destino, de  tener a los amigos que desee estén a su lado. Ninguna presión debe ser lo suficientemente fuerte para doblegar voluntades.

Llama la atención que la primera visita de la señora Embajadora  fuera al síndico del Distrito Nacional. David Collado es levantado como un político a futuro del sector empresarial, que cuenta con el visto bueno de sectores norteamericanos.

Collado luce como  un joven político atípico, sin estar metido de lleno en un partido determinado, sin entrar en polémicas con nadie, a la espera de una lejana oportunidad, que sus asesores y creadores de imagen van trabajando con suma lentitud.

La Embajadora todavía no ha sacado la cartilla de las relaciones dominicano-haitianas. Sera un dato peliagudo que tendrá que desarrollar en cualquier momento. Pronunciamientos hechos en Estados Unidos la pintan como una simpatizante de que se tenga una política migratoria más abierta.

Los dominicanos tienen que reivindicar su derecho a ser un país libre y democrático, que subsista sin tener sobre sus hombros las presiones de las grandes potencias, para que mitigue sus relaciones exteriores, o para que abra sin control sus fronteras con Haití. Aunque lo quiera la Embajadora, eso no puede ser. ¡Ay!, se me acabó la tinta.

Por Manuel Hernández Villeta

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