Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
23 de abril 2024
logo
OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

En Dominicana ya no se educa a nivel escolar

COMPARTIR:

Evidencias más que suficientes se tienen aquí, de que esa es una realidad innegable, y dolorosa a la vez; de que la enseñanza relativa en esta nación, se encuentra en un marcado declive.

Lo que hoy se observa, se reporta como un contrate bastante llamativo, respecto de un ayer, carente de material bibliográfico suficiente, como de la tanta tecnología disponible en el presente. Eso, amén de las prácticas represivas que “adornaban” el régimen dictatorial con que otrora se gobernó el país, por más de tres décadas. ¡Cuán diferentes eran las cosas entonces!

Es una conclusión a la cual se arriba, sin temor a equívoco, cuando la temática es abordada en el contexto del sistema público de formación académica, a todos sus niveles, principalmente, cuando se hace con imparcialidad política total.

Claro, justo es decir que, en lo concerniente al ´ámbito privado, la diferencia, en términos de la eficientización actual requerida, no es que sea muy notoria, salvo algunas excepciones colegiales, de esas que “confirman la regla” como se dice, y que, en este caso, sería la norma cuestionable que rige, en un alto porcentaje de los centros pertenecientes a ese sector.

Lo que sí hay en este país, no cabe duda, asociado con la actividad de que se trata, y cada vez que se inicia un nuevo año lectivo, como ahora, es mucha comercialización, y la politiquería electoral de estilo para promover candidaturas partidaristas.

También, una gran incertidumbre, y marcada limitación en cuanto al poder adquisitivo de los padres o tutores de los estudiantes, para cubrir los costos del material bibliográfico exigible (libros), y otros efectos inherentes, tales son: uniformes, mascotas para escribir, mochilas, y demás “yerbas aromáticas”, que en estos momentos se imponen a los integrantes esta sociedad.

Evidentemente, todo, en el marco de lo que se entiende como un claro maridaje entre las autoridades oficiales del ramo, con los empresarios y comerciantes de dichos efectos, para sustituir la sillita, el cuaderno, y el lápiz, en uso otrora; como, la continuidad de los libros a utilizarse anualmente, lo que permitía en el pasado, claro está, ahorrarse un buen dinero.

Eso, cuando entre los dominicanos, la educación, incluida la correspondiente al grado superior, tenía otra fragancia, mucho más agradable por supuesto. ¡Servía, innegablemente, la actividad de la enseñanza!

Sí, en tiempos atrás, épocas en que se podía hablar de una verdadera formación escolar en este país, considerada incluso como una de las mejores en toda la región del Caribe; con el concurso obvio de las autoridades competentes, preocupadas por la enseñanza de niños, adolescentes y jóvenes, nacionales, básicamente.

Además, se contaba con un personal docente abnegado; dotado ese de vocación para el servicio, y conocimientos suficientes – no un sindicato politizado, como lo es hoy en su mayoría -, amén de estar sujeto a la supervisión oficial de rigor, para el cumplimiento exigible; alumnos inclinados por capacitarse en verdad; y, padres, o tutores, que les daban a los hijos el seguimiento de lugar, como a las tareas encomendadas, y al rendimiento académico esperado.

Es obvio que, todo eso ha ido desapareciendo localmente a pasos agigantados; que el modernismo, y la tecnología de punta mal asimilada, sin contarse con los requerimientos base requeridos, e introducida de golpe y porrazo por los sectores político y social regentes, para crear una mayor cantidad de “robots” narigoneables a voluntad, y utilizables en su favor, son factores incidentes que han venido estando en la base de la problemática aludida, desde hace años.

Como complemento real “contributivo” se tiene, la manipulación mercadológica recurrente, relativa a los equipos tecnológicos de supuesto apoyo dentro del área, y los mismos de comunicación, que hace blanco indiscutible en los tantos escasos de mente que tiene la sociedad dominicana, y que se adhieren con gran facilidad a los esnobismos que se les introducen por ojos, boca y nariz.

Que se creen en capacidad para poder competir con otras sociedades más avanzadas que la nuestra, en cuanto a intelectualidad, y poder económico. De ahí que vivan siempre “enredados” en una gran “malla” de precariedades adquisitivas, y se embrutezcan cada vez más.

Dado cuánto se ha expuesto aquí, se puede decir, con poco margen de equívoco, que la educación en Dominicana es sinónimo de comercio, politiquería, y condicionamientos mentales inductores hacia la mediocridad de la población, a los fines de hacerla menos capaz cada vez; y, manejable por tanto, con mayor facilidad.

De otro lado, es una forma más de proporcionar a los políticos de turno, un medio bastante fructífero, desde el mismo ministerio de Educación, como de común es lo que ocurre a nivel de las demás instancias estatales, para que puedan agenciarse buenos productos financieros; algo que, según se puede ver hoy, hasta les permite en algunos casos, alcanzar posibilidades económicas suficientes, para lanzase a correr por la presidencia de la República; y, costear, con ciertos desparpajos, escandalosas campañas electorales.

Después, eso que se dice sobre construcción de aulas, escuelas sin profesores, la mayoría; educación eficiente; tanda extendida; revolución educativa, etc., no son más negocios, propagandas, y estrategias de manipulación proselitista, para continuar embaucando a este pueblo, que luce como anestesiado; y, que le han cortado las alas reclamatorias que otrora hacían “volar” a su gente.

Si no fuera así, tal se ha expresado con anterioridad, los resultados de las evaluaciones que se hacen al estudiantado dominicano, tanto a nivel local como en el exterior, ¡dirían otras cosas! Los muchachos no serían objeto del hazmerreír acostumbrado. ¡Referentes de obra se tienen! Y es que, en un alto porcentaje, apenas saben esos leer y escribir.

 

Autor: Rolando Fernández

Comenta

[wordads]