La semana pasada el presidente Danilo Medina en su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas, planteó que los principales retos que enfrenta la humanidad son: criminalidad-narcotráfico y el cambio climático, en esta reflexión es nuestro interés centrarnos en el primero, por el nivel de impacto y sus repercusiones en las diferentes estructuras que conforman la sociedad dominicana.
En ese sentido es propicio recordar sus palabras: “el trafico de sustancias ilícitas se cobra cada año miles de vidas jóvenes, extremadamente valiosas para nuestros países. Pero por si esto fuera poco, permea nuestras instituciones, desequilibra nuestras economías, amenaza nuestros valores y no trae más que degradación y destrucción a nuestro tejido social”.
Recientemente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ante la crisis por el consumo de opiáceos que mata a más de 100 estadounidenses cada día, emitió una emergencia de salud pública nacional, solo en el 2015 murieron por sobredosis 142, cifra mayor al total de vidas humanas que se perdieron en accidentes de tránsito y homicidios con armas. Y según estimaciones del periódico The New York Times, en el 2016 fueron unas 60 mil personas, lo representó un aumento del 19% con respecto al año anterior.
El pasado 26 de septiembre la Policía Antinarcóticos de Colombia, hizo el llamado de alerta por la llegada de nuevas drogas sintéticas al país, de igual forma inquirió atención ante el descubrimiento de adulteración genética a la planta de mariguana, dando como resultado la droga creepy, altamente adictiva y que cuenta con una red de distribución que incluye países como Perú, Ecuador y Chile.
Un escenario que cada vez es más frecuente en los Estados Unidos, son las sobredosis colectivas donde centenares de drogodependientes deben ser atendidos por los cannabis sintéticos, de manera que tenemos varios frentes abiertos a escala mundial: están los opioides de forma especial el fentanilo, por otro lado, las drogas sintéticas incluyendo variedad de mariguana y su modificación genética.
Pero la droga que esta llamando la mayor atención y esfuerzos de las autoridades gubernamentales por sus consecuencias funestas, es el opioide fentanilo que es 50 veces más fuerte que la heroína.
China es el principal productor de esta droga, la compra se hace en pequeñas cantidades por internet y constituye la principal vía para su ingreso a los Estados Unidos, de igual forma carteles mexicanos compran grandes cantidades para mezclarlos con heroína y maximizar sus ganancias.
Durante una reunión de lideres internacionales sobre el problema de las drogas en el marco de la reciente Asamblea de la ONU, al que asistieron unos 130 países, el presidente Donald Trump pidió cooperación internacional y cito: “Todos nosotros debemos trabajar juntos para desmantelar la producción de drogas y acabar con la adicción”.
De manera que, ante esta alerta mundial, sale a relucir tres elementos para proteger a la humanidad de este terrible mal:
- El combate, estamos ante un enemigo peligroso que constantemente realiza innovaciones criminales, por consiguiente, se requiere la cooperación y apoyo para actuar en una misma dirección.
- La prevención, es necesario articular acciones en la familia y escuela, de manera que juntos podamos evitar que nuestros hijos sean presa de bandas que, en detrimento de su salud, adquieren grandes fortunas.
- Control estatal, no podemos dejarnos llevar por voces que propugna una despenalización, bajo la premisa de que ha fallado la lucha contra el narcotráfico, lo nunca el Estado puede permitir, es poner en peligro la vida y salud de todos sus ciudadanos.
Finalmente, de acuerdos a estudios del Consejo Nacional de Drogas, solo un 3.5% se inicia en el mundo de las drogas luego de los 20 años, a partir de este dato y de otros, ya sabemos por donde debemos empezar…
Por Kelvin Jiménez