Al voto de arrastre se le está por cantar su epitafio, sí, todo indica que su destino es ir rumbo a una sepultura, porque ahora lo que se va a hacer es formalizar su entierro, ya que la forma de elegir a nuestra autoridades es bien clara y precisa, cuando en la Constitución se plantea en su Artículo 208, que el voto es; «personal, libre, directo y secreto».
Aunque las mezclas entre los intereses y la unidad partidaria se confundan, en esta coyuntura, otra vez los intereses están demostrando que pesan en estos tiempos hasta más que la sangre.
Es que no es lo mismo «llamar al Diablo que verlo llegar», tal cual les está sucediendo a los senadores guapetones y reeleccionistas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), a muchos de esos que se hacen llamar «disque danilistas», cuando en verdad lo que son es, «a según», han aprendido o solidificado disfrutar del buen vivir a través del erario.
Pero resulta y viene a ser, que con la inminente desaparición del voto de arrastre, es más que evidente que los nuevos senadores resultantes del próximo proceso electoral del 2020, van a tener que aportar una buena cuota de su trabajo personal, se acabó que los arrastren como se arrastra lo que llevan rumbo al vertedero.
Ya van 26 provincias a elegir de manera directa a sus senadores, y cuidado si no sea ampliada a las 31 y al Distrito Nacional, por lo tanto, se acabarán parte de los privilegios en los aspirantes impopulares que son impuestos por las cúpulas partidarias.
Es más, esta situación de elección directa va a causar en algunos senadores no atreverse a presentar precandidaturas con el interés de que lo señalen o impongan, porque la realidad se le pone un stop.
Es que éstos (los senadores) conociendo su situación de impopularidad a lo interno y a lo externo del PLD, no soñarán con tales despropósitos, aunque tampoco, en buen juicio político electoral se lo aceptarían, independientemente de que sean o no de la corriente de tal o cual.
Por eso es que veremos mansos y más racionales en los próximos días a nuestros senadores guapetones y contestatarios, defensores de que se irrespete a la Constitución y al mismo tiempo, se debilite la institucionalidad del país, la cual está representada en su máxima expresión en nuestra ley de leyes.
Ya no serán a rajatablas de ningún precandidato a la presidencia, no es que van a dejar de apoyar a quien le convenga para sus propósitos políticos a lo interno del PLD, sino que sus actitudes van a ser un poco más abiertas y equilibradas por el bien de su partido, digo, perdón, de ellos.
Hasta comenzarán a pensar y creer en lo que subestimaron tanto, la unidad partidaria, no solamente que tengo el poder y me quedo ahí, ahora tienen que volver los senadores a darles cariño a los compañeritos de la base, aunque hay una pequeña diferencia, que «ya los conocen amigos mío».
Entonces, entre los senadores del PLD la eliminación del voto de arrastre por el directo, más que en los otros partidos del sistema, podría causar estragos, reducción de su matrícula, porque ellos tienen casi el 100% de esas curules, y nadie ignora que muchos son producto de la zafra de los arrastres, especialmente en las 15 ó 20 provincias más grandes.
En definitiva, la eliminación del voto de arrastre entre los intereses y la unidad del PLD, va a provocar que un sector intransigente ahora se ponga mansito, esta inminente realidad del voto directo les ha puesto su «barba en remojo», no ya la del vecino, y ahora es muy probable que estos senadores sean institucionalistas.
En el fondo, señores senadores, el beneficiario con los debates en la forma de escogerlos a ustedes está siendo el que era su víctima (Leonel Fernández) y a pesar de todo lo está defendiendo con el voto de arrastre, la única forma de algunos quedarse en el puesto.
Aunque la realidad de estos congresistas con el voto directo es incierta para una buena parte de ellos en el PLD, pero si no hay unidad, independientemente de la forma de escogencia, despídanse de esas curules.
Autor: José Núñez