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24 de abril 2024
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OpiniónRolando RoblesRolando Robles

El tiempo es el juez de todos los conflictos

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Los abusos contra Yomare Polanco ya no se pueden ocultar

 

Hace ya un año del evento electoral mas singular de la historia moderna dominicana, esos comicios de julio de 2020. Tan especiales como traumáticos y desconcertantes, para un sector de la sociedad que descansaba plácidamente en el bienestar que cuatro períodos consecutivos de gobierno pudieron proporcionarle a ese partido inventado por don Juan.

La comunidad residente fuera del país, acusando las mismas inquietudes que el resto de los dominicanos, participó también con cierto grado de escepticismo, pero, con igual temor, debido a la amenaza que implicaba la presencia del COVID. Eso devino en que tan solo el 20% de los empadronados se animara a ir a votar.

Sin embargo, la abstención -la mayor en toda la historia del voto en el exterior- no fue el principal problema que se desprendiera de este certamen cívico y que afectó a los dominicanos que vivimos en el extranjero. Hubo violaciones de todo tipo y dimensión, como ya lo ha reconocido el propio presidente de la JCE.

Lo que no se ha hecho es establecer las responsabilidades que la ley contempla, y que deben aplicarse a los culpables de las infracciones cometidas, que van desde vulgares atropellos contra la voluntad popular, hasta verdaderos latrocinios contra el Estado dominicano. Lo mas que se ha hecho -reconoce el propio presidente de la JCE- es “desvincular” a los pillos y recomendarle al Ministerio Público Electoral que retome el expediente contra ellos.

Solamente para edificar a los lectores, vale aclarar que la llamada “desvinculación” de una persona del gobierno, es “sencillamente, pagarle sus prestaciones laborales como si fuera un honorable servidor del Estado del que hay que prescindir”, cuando sabemos que, en realidad, es un malandrín que se ha robado el dinero de los contribuyentes.

Con esta medida -casi conciliatoria por parte de la JCE- se permitirá que los ladrones del dinero del pueblo y de las elecciones en USA, puedan irse tranquilos a sus casas, cuando en verdad debían ser conducidos hasta la cárcel. No basta con recomendar a los fiscales electorales que reanuden las acciones legales contra los delincuentes de la OCLEE, encabezados por el ing. Gilberto Cruz Herasme y que se corrija el entuerto cometido contra la candidatura legítima de Yomare Polanco.

La dilapidación del dinero del pueblo dominicano en ese simulacro de elecciones que montó el ingeniero Gilberto Cruz tiene que ser sancionada con todo el peso que la ley le confiere a la JCE. El titular de la institución, Sr. Román Jáquez, no puede garantizar al país que las próximas elecciones serán diáfanas y creíbles, mientras no se castiguen como corresponde, los crímenes electorales cometidos contra Yomare Polanco y toda la comunidad residente en ultramar.

Durante mas de un año hemos escuchado al agraviado (doctor Polanco) reclamar sus derechos como ciudadano y no ha sido hasta ahora cuando hemos podido apreciar en su justa magnitud las dimensiones de este delito electoral y común. Y créanme, si lo dejamos pasar, perderemos el respeto de nuestros muchachos, que suponen nosotros somos los responsables de preservar las mejores costumbres del pueblo dominicano.

Al principio -he de admitir y pido excusas al doctor Polanco- asumí que todo había sido motivado por la rabia que lo permeaba cuando descubre y comprueba que sectores de su propio partido se aliaron al equipo de delincuentes que dirigían las elecciones, para sacrificar su candidatura en aras de lograr algún nivel de impunidad. Por suerte, todas las cosas no salieron como fueron planeadas y hoy conocemos al detalle toda la trama montada.

Atestiguado por el propio Román Jáquez (JCE), se comprobó que la pandilla que dirigía Gilberto Cruz Herasme (OCLEE): primero, incumplió el mandato del TSE que ordenaba el reconteo de los votos y en su lugar, hicieron desaparecer las boletas y abotonaron la fechoría rompiendo la cadena de custodia de las valijas; y segundo, dilapidaron cientos de miles de dólares de los contribuyentes.

Ya para finalizar esta segunda entrega sobre los desmanes que hicieron, tanto las “autoridades electorales”, como los propios partidos políticos, debo precisar que, el daño que se le hace a los dominicanos residentes en el exterior, cuando el Gobierno y  el Estado se confabulan para burlarse de sus mejores hombres, dejará una muy honda decepción y al final, terminaremos por renegar de ese costosísimo Voto dominicano en el Exterior y allí mismo empezará a tejerse la desconexión de nuestros muchachos del vínculo nacional. ¡La advertencia está hecha!

¡Vivimos, seguiremos disparando!

ROLANDO ROBLES       rolrobles@hotmail.com         070521

 

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