Con apenas una semana de gobierno se han observado focos subversivos de dirigentes y militantes del PRM efectuando señalamientos y hasta amenazas al orden democrático, porque alegadamente “no los han tomado en cuenta”.
En términos simples tomar en cuenta es la otra forma de decir que no los han nombrado o colocado sus sueldos injustificados (botellas).
Se han reportado, inclusive, reyertas que han llegado a la agresión física entre dirigentes por la famosa comisión de evaluación y empleos del PRM; en esas reyertas el móvil ha sido que los designados no son del agrado de los que entendían merecían x puesto de trabajo en el gobierno.
Esto coloca en evidencia de que había dos intenciones en el seno de los opositores al PLD, por una parte la sociedad seria, honesta y trabajadora que anhelaba un cambio, fin de la corrupción y la impunidad y por el otro lado el viejo PRD (Hoy PRM) que quería un cambio de jugadores, pero no de juego.
Esos que deseaban ese cambio, de jugadores pero no de juego, entienden que si el presidente no los coloca en el tren gubernamental, su misión será desestabilizar el gobierno recientemente instalado.
De ahí que a pocos días de instalarse el Presidente tenga mucha presión de su partido, el PRM, cuando debería ser todo lo contrario. Esa plataforma partidaria debería estar en primera línea manifestando apoyo para que Luis Abinader pueda hacer un buen trabajo.
Recordemos que a Luis Abinader le tocará gobernar en medio de una crisis global y por ende local. El dinero que era producido por concepto de turismo se ha reducido drásticamente, la economía está ralentizada y la movilidad del gobierno es nula en muchos aspectos.
La pandemia aun no es vencida, el enfoque debe estar en dos direcciones esencialmente: salud y educación.
Más recursos para Salud Pública y Educación, pero a distancia, hasta que se solucione lo del COVID-19.
En fin las dificultades son muchas y las soluciones exiguas, por lo que el PRM como engranaje partidario debe tener paciencia y darle apoyo a Luis y no causarle problemas.
Por Daygorod Fabián Sánchez, educador y analista político