Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
18 de abril 2024
logo
OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

El PLD, la Partidocracia y el Futuro del País

COMPARTIR:

(Leges mutandae sunt)

Con todo el malestar que tiene el país se puede pensar que parece inminente un cambio político en el año 2020, ya que es un año electoral y que aparentemente la población está deseosa de que se produzca el cambio, ansía el cambio. La verdad es que las cosas no tan sencillas, porque la verdad es que todavía falta mucha conciencia en la ciudadanía y el modelo económico condiciona a la población a no tomar conciencia, porque no le deja tiempo para ello. El neoliberalismo ha provocado el cambio en muchos hábitos en los ciudadanos, porque ha impuesto una extensión de la jornada de trabajo, impidiendo que el trabajador disponga de mucho tiempo libre.

Esto último ha provocado que las personas que trabajan ni se motiven a organizarse en grupos: sindicatos, clubes, colegios de profesionales, partidos políticos, juntas de vecinos, cooperativas, etc., porque casi no disponen de tiempo para ir a las reuniones. También se produce en los sujetos sociales una abulia o desinterés por las reuniones, con lo que son muy pocos los que sienten interés por tomar participación en la toma de decisiones. De ese modo, el modelo neoliberal y la globalización contribuyen a la alienación de los sujetos sociales. Es por eso que los partidos confrontan serios problemas, conflictos internos, especialmente los partidos de la llamada partidocracia ( el PLD y las entelequias de partidos aliados, el PRD, el PRM y sus entelequias de partidos aliados y el PRSC) que son los que han estado usufructuando el poder durante muchos años. Estos partidos de la partidocracia han visto el Estado como una fuente de acumulación originaria, aunque en algunos de ellos aparecen excepciones de dirigentes que no viven de la política y que tienen vocación de hombres de Estado.

La mayoría de los hombres del PLD (casi todos) viven de la política y lo mismo pasa en el PRD, el PRM, el PRSC y en otros partidos que tienen una matrícula pequeña. El sociólogo alemán Max Weber, en su obra: El Político y el Científico, establece una tipología del Hombre que Vive de la Política y otra del Hombre que Vive para la Política. Quienes van al Estado a enriquecerse son los que viven de la política y lo que van porque tienen vocación por la cosa pública, esos son los que viven para la política.

Me arriesgo a afirmar que ni Leonel Fernández, Ni Danilo Medina, Ni Luis Abinader, ni Miguel Vargas Maldonado, Ni Margarita Cedeño, ni Hipólito, ni muchos otros a los que sería prolijo mencionar, entre los cuales no incluyo a Fidelio Despradel y a Tony Raful, viven para la política y por el contrario viven de la política. Habría tal vez que excluir de esa lista de los que viven de la política algún otro dirigente y funcionario del gobierno actual del PLD que, aunque no piensen y actúen como Fidelio o como Raful, tienen vocación de ser hombres de Estado.

La reunión del comité central del PLD fue supervisada o monitoreada por la Junta Central Electoral. El presidente de la JCE debería responder la siguiente pregunta: ¿Eso es democracia o así es que la llamada democracia representativa tiene que funcionar? Los partidos no pueden hacer una reunión sin que la JCE la supervise. Cada partido político, como asociación o grupo social organizado, debe tener el derecho de reunirse a puertas cerradas y debatir sus asuntos internos entre sus miembros. Esto último si es la esencia de una democracia auténtica. Cada organización debe decidir internamente, deliberar internamente, ajustándose a una ley que norme a todos los partidos por igual. Esa ley, la llamada ley de partidos, no puede obligar a los partidos a que sean supervisados o monitoreados en sus asuntos por la JCE, porque si ellos son supervisados por ese organismo no tienen soberanía y no estarían aptos para administrar los asuntos públicos, porque no se le puede ver como organizaciones capaces de dirimir sus conflictos internos.

El presidente de la JCE, quien la ha presidido dos veces, junto a los altos funcionarios notables de ese órgano del Estado dominicano, se ve el mismo como alguien tan lleno de poder que cree que lo que hace hay que acatarlo. En una ocasión, cuando por primera vez fue presidente de la JCE, se refirió a la doble moral a raíz de un proceso electoral. La verdad es que la Junta Central Electoral maneja un presupuesto muy grande y muchos fondos en las campañas electorales en nuestro país, por lo que debiéramos pensar que la JCE sí necesita ser supervisada para que la democracia funcione mejor y haya una justicia social mayor en nuestro país.

Si la ley de partidos, como lo dejó ver Leonel Fernández, después de defender tanto lo de las primarias cerradas, plantea que cada partido elija su método para seleccionar a sus candidatos, ya sea por el de las primarias abiertas o ya sea por el de las primarias cerradas, pero aparentemente de ser abiertas sin que los miembros inscritos en un partido puedan votar en otro partido. Eso es puede ser un caos, al que se llegue con la posibilidad de primarias abiertas, donde no puedan votar los miembros que ya están inscritos en otro(s) partido(s), si un partido elige esa opción planteada por la JCE.

La realidad es que la ley de partidos es menos democrática de lo que pudo hacer sido si se escogía el método de las primarias cerradas. En principio, parece ser que la Junta Central Electoral quería imponer el método de las primarias abiertas y simultáneas, que según parece era la posición que defendía el Presidente de la República Danilo Medina, de acuerdo a las interpretaciones que hacemos de las declaraciones del doctor Leonel Fernández Reyna. Es como pretender complacer a todo el mundo, ya que en que en caso de partidos que opten por primarias abiertas, como ya optó el PLD, no van a ser -supuestamente- tan abiertas sus primarias. Estarían cerradas para los que están inscritos en otros partidos, no podrían votar en un partido que tenga primarias abiertas si aparecen inscritos en otro partido.

Ahora bien, ese sería un esfuerzo muy grande el que tendría que hacer cada partido que opte por primarias abiertas y los representantes de la Junta Central Electoral que se supone le supervisarían sus primarias, ya que habría que buscar a muchas personas en listados muy prolijos para saber si no están inscritos en el padrón de otro u otros partido(s). Aun contando con la tecnología electrónica el trabajo no es fácil, por lo que además sería muy costoso en términos pecuniarios; la situación creada, con tales decisiones asumidas por el tribunal electoral, hace que el presupuesto de La Junta tenga que ser muy grande. Es por eso que la mayoría de quienes pasan por la burocracia estatal quieren enquistarse como funcionarios en los asuntos públicos, por el manejo de un abultado presupuesto de cada entidad estatal, algo a lo que el modelo neoliberal y la globalización que corona la hegemonía de este han dado pábulo a que así sea.

Es por eso que tenemos hoy día en la República Dominicana un presupuesto nacional que casi llega a un billón (no a un millardo) de pesos, mientras dejamos de producir tantas cosas como efecto de los acuerdos de libre comercio que provoca la competencia con marcas de productos extranjeros que hunde nuestro aparato productivo. Da vergüenza el ver como dejamos de producir productos como los caramelos en forma de media luna, que a menudo la gente llamaba mentas. Han desaparecido fábricas de calzado, como Cuelli y La Parisien (fabricaba los zapatos Royal Special), ya que fueron cerradas, como una decena de fábricas de camisas han sido cerradas desde los años 80 y varias fábricas de envases plásticos han cerrado.

Lo peor es lo que pasa en el agro dominicano, ya que se han dejado de producir algunos rubros, si no del todo casi del todo. Por ejemplo el maíz casi no se produce en este país, mientras antes producíamos el que consumíamos y hasta llegamos a exportar a Puerto Rico. El sorgo es otro rubro que antes producíamos que ya parece no producimos nada, producto agrícola que se utilizaba como materia prima principal en la elaboración de alimento para animales.

Todo esto no es nada más culpa del gobierno de Danilo Medina y de los gobiernos de Leonel Fernández, ya que fue en el gobierno de Jorge Blanco que se negoció con el FMI y se comenzó a aplicar el modelo neoliberal. Todos los gobiernos posteriores al de Jorge Blanco le han dado continuidad a dicho modelo y los acuerdos de libre comercio, la liberalización de los precios y de las divisas han quebrado nuestro aparato productivo, provocando un malestar con el descenso en la calidad de vida de la población, excepto para los ricos.

Ahora bien, lo que es imperdonable al gobierno de Danilo Medina es la continuidad de ese voraz y rapaz proceso de privatización y enajenación de todos los bienes del Estado. No es perdonable esa continuidad a ningún gobierno que le suceda. No son perdonables las concesiones mineras a empresas extranjeras, ni la mega minería, ya que esta va en contra de la preservación del medio ambiente y de la vida misma. No es perdonable la venta al sector privado de la planta instalada de Punta Catalina, como tampoco es perdonable que se vendan los terrenos de Bahía de las Águilas a proyectos privados para desarrollar el turismo y para generar empleos baratos y luego dañar la playa.

No es perdonable a ningún gobierno la venta de terrenos del CEA, de manera mafiosa. No es perdonable a ningún gobierno la corrupción, recibir sobornos de empresas extranjeras para estas luego cobrar con inversiones ventajosas para estas. No es perdonable a ningún gobierno los altos impuestos a los derivados del petróleo, para poder mantenerse endeudado y pagando los onerosos intereses del capital de la deuda. No es perdonable a ningún gobierno las altas tarifas del servicio eléctrico. No es perdonable a ningún gobierno el injusto código de trabajo que permite al capital explotar de manera despiadada a los trabajadores, sin gozar de libertad sindical. No es perdonable a ningún gobernante la mafia que se da con la existencia de las AFP y ARS privadas. No es perdonable a ningún jefe de Estado el vulgar negocio de la medicina privada que aquí existe. A todo eso parece que se le quiere dar continuidad, con lo que el futuro no será de felicidad para la mayor parte de la población, especialmente para la población rural (en su mayoría), los trabajadores asalariados, los chiriperos de las ciudades y amplios sectores de las capas medias. Para muestra un botón.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

 

Comenta

[wordads]