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19 de abril 2024
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OpiniónManuel CruzManuel Cruz

“El PLD confundiendo la guerra con una campaña” 

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La leyenda panameña y para muchos el mejor salsero del mundo Rubén Blades popularizó una genial sátira musical titulada “El Arca de Noé”. En la misma, se describe la historia bíblica del famoso y cuestionado diluvio, pero Rubén le agregó un elemento ficticio que fue la advertencia. En efecto, Noé comenzó a predicar sobre la inminencia del diluvio para que subieran al arca; pero todos lo ignoraron, se burlaron de él, decían que estaba loco y todos perecieron. Desde esa perspectiva, sin creerme un profeta desde 2016 he venido anunciando ese diluvio político en el PLD y he recibido lo mismo que Noé.

El PLD fuera de contexto

En los años que tengo trabajando como consultor he llegado a la triste conclusión, de que los líderes y los partidos cuando alcanzan el éxito llegan a una etapa en que se convierten en figuras pre-empacadas que solo necesitan un microondas para estar listos. Por tal razón, se convencen de ser quienes más conocen el escenario y la psicología del elector, interiorizan la anómala idea de ser líderes inexpugnables e inmunes hasta de las crisis y se proyectan como acreedores de panaceas que los convierten en una necesidad del pueblo y no al revés. Esa es la razón inequívoca por la que muchos hacen siempre lo mismo y esperan resultados diferentes.

En ese sentido, el PLD ha olvidado varias cosas 1ro, que el poder es una materia que se pierde por el uso, por el abuso y por el desuso. 2do, que la dialéctica misma de la vida puede convertir mañana a tus antiguos seguidores y palatinos en pletóricos detractores. 3ro, el contraste mercadológico que debe existir entre una marca maltratada y su candidato o viceversa. 4to, que las herramientas que se utilizan en un proceso son las que definen si es una campaña o una guerra y, que aquellos jugadores que no anticipan los movimientos de sus contrarios pierden hasta sin jugar. Como dice Frank Underwood en política solo hay una regla, “cazar o ser cazado”.

Las Encuestas     

Podríamos pasar horas analizando y construyendo un mapa conceptual que muestre los compromisos empresariales, económicos y políticos de todas las firmas encuestadoras del país. Empero, quiero referirme a los elementos intangibles de las mismas. Más allá de la certeza o no de los números lo más importante son los errores que ha cometido el PLD en este proceso. Por ejemplo, es una total ingenuidad haberse sentado en medio de una guerra por el poder a esperar que esas firmas apostarían a mantener su prestigio y no a responder a los grupos corporativos que las patrocinan y sustentan.

Asimismo, olvidaron que en la recta final de una campaña las encuestas de mayor prestigio utilizan la “ley aristotélica de la contigüidad” que sirve perfectamente para estimular la manipulación del votante a través del condicionamiento pavlovliano. Con el agravante, que también ignoraron el apotegma externado por el gran Napoleón Bonaparte cuando dijo, “el campo de batalla es una escena de caos constante y el ganador será quien logre controlar su propio caos y el de sus enemigos”. En política la organización debe ser obligatoria, los recursos son sumamente importantes, el ejército es determinante y la percepción es la madre de todo eso.              

¿Puede ganar el PLD?      

Si existiera todavía el famoso programa “En Familia con Chabelo” de Xavier López, sin dudas que la pregunta de los 64,000 sería ¿si el PLD ganará las elecciones? Si se analiza la engorrosa coyuntura actual responder esa pregunta de manera concluyente sería difícil hasta para el extinto Stephen Hawking, pero la única regla generalizada es que en política no hay nada escrito y todo lo demás son solo proyecciones y deseos. Hay centenares de casos en el mundo de ganadores de encuestas y perdedores de elecciones; el caso más reciente es Hillary Clinton.  Además, he dicho en reiteradas ocasiones que en política y en el béisbol hay que esperar el Out 27.

Sin embargo, imagino que debe ser doloroso para los genios del PLD haber caído en todo lo que he presagiado desde 2016. Verbigracia, parecía descabello decir que el éxito le haría daño cuando escribí “El PLD y el Imperio Romano”, advertí que no enfrentaran a Leonel pues sería la pieza clave para ganar, presagié que esa poderosa familia a quienes le regalamos la alcaldía del D.N nos abandonarían y externé en los 4 puntos cardinales que el presidente debía salir a las calles apoyar al candidato. Aquí les dejo mi último consejo, vuelvan y lean el “Príncipe” y no olviden que es una guerra y no una campaña electoral. El voto chatarra no sabe de teorías.

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