EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- A pesar de que aún no ha llegado ni una sola dosis de la vacuna Pfizer, el país contrató con esa farmacéutica dos millones más de fármacos anticovid, y ahora espera recibir casi 10 millones de antídotos.
El nuevo contrato no solo dispara la cantidad de vacunas esperadas, sino también el monto a pagar por la compra médica. En efecto, la cantidad inicialmente contratada era de 8 millones de dosis, mientras el monto primario -US$95,998,500- adiciona otros US$24,001,380 y alcanza ahora la friolera total de US$119,999,880. La primera cuota (US$19,999,980) deberá erogarse dentro de los 15 días siguientes a la recepción de la factura por Pfizer, no sin antes ser refrendada por el Congreso Nacional. El escollo legislativo está ya superado, y el Gobierno tiene el camino abierto para seguir sus andadas.
Los negocios con Pfizer arrancaron a finales de 2020 y los acuerdos se anunciaron en enero. Entonces se reveló un contrato de compras anticipadas de dosis, así como la contratación por adelantado de vacunas AstraZeneca.
La Pfizer se retrasó y todavía la están esperando. Pero llegaron las de AstraZeneca, en dos partidas: una de 20 mil dosis y otra de 30 mil. El primer lote permitió emprender en febrero el gran Plan Nacional de Vacunación, cuya primera fase benefició al personal médico. El segundo cargamento facilitó la continuación de la campaña sanitaria.
Días después, también en febrero, aterrizaron 768 mil dosis chinas, y esto dio paso a la segunda fase del Plan Vacúnate. La suma total de vacunas era de 818 mil, entre AstraZenecas y Sinovacs. La Pfizer era una terrible ausencia. Las autoridades preparaban la logística para recibir las dosis estadounidenses, con temperaturas gélidas, almacenamientos álgidos y facilidad de transportación. Pero nada han recibido.
El Gobierno dominicano sigue esperando por Estados Unidos, cuyo presidente Joe Biden dijo que solo se exportarán vacunas si sobran en su país. Según datos recientes, más de 153 millones de personas se han vacunado en el país norteamericano, y esto quiere decir que faltan muchos millones por ser inoculados.
Aun así, la nación caribeña espera la ‘sobra’ que nunca llega, y esto engendra incertidumbre. Es más: la espera ha sido tanta que ha irritado al presidente Luis Abinader. Este, impaciente, ha criticado la demora y el incumplimiento de los contratos, denunciando «la falta de solidaridad» de los países más desarrollados.
La demora no solo acusa a la Pfizer sino también a la Sinovac. Las dosis chinas han presentado atrasos inopinados y estrafalarios. Por ejemplo, en marzo se esperaba la llegada de dos millones de vacunas, en dos lotes de un millón cada uno. El mes pasó y nada llegó. Fue en abril cuando llegaron un millón, y otros dos millones arribaron en mayo. Ese mes fue venturoso: el Covax envió 91,200 dosis de vacunas AstraZeneca producidas en Corea del Sur.
La ilusión sigue animando a las autoridades. La vicepresidenta Raquel Peña ha afirmado que las farmacéuticas tendrán que cumplir, pero no ha dicho de qué manera: si honrando lo pactado y enviando las cacareadas dosis, o devolviendo los millones gordos que se han tragado.
El Gobierno ha recibido promesas de cumplimiento, y por ello sigue esperando la ‘sobra’ que nunca llega.-
