Los acuerdos mundiales son eficaces cuando todas las naciones quedan seriamente comprometidas. Cuando no ocurre y cuando los mismos dan pie a las interpretaciones sobre sus verdaderos alcances no sólo generan recelos, sino dificultades en su aplicación efectiva.
El Pacto Mundial Migratorio, en sentido general, busca proteger los derechos de las personas y la dignidad humana; ahí no puede haber resistencia, pero en estos casos cada quien los analiza en atención a sus potenciales conflictos.
En nuestro caso, el tema haitiano genera una reserva razonable, pero debemos mirar más allá de los temas particulares. Si el Gobierno va a firmar el Pacto sería conveniente que nos convenza de su conveniencia.