Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
25 de abril 2024
logo
OpiniónMatías VizcaínoMatías Vizcaíno

El ojo de la sociedad civil

COMPARTIR:

Ante un estado que fue recibido el 16 de agosto del año 2020 económicamente quebrado, con la peor crisis sanitaria en 200 años y moralmente en cuidados críticos, es para que los funcionarios ayuden al presidente a gobernar con la exigencia que reclama el pueblo justamente después de contar con el primer gobernante nacido a raíz de la revolución de 1965.

Dicho de otra manera, los servidores públicos de este gobierno del Cambio (no importa a qué partido o religión pertenece) deben ser facilitadores de la transformación, modernización, y transparencia de las instituciones públicas. Y, sobre todo, tener buen juicio en el uso de los recursos humanos, económicos, financieros y tecnológicos.

También, deben saber procesar lo que piensan antes de divulgarlo.  O ponerse un policía en la garganta para no dejar escapar cualquier palabra descompuesta, de agresión, de insinuación perniciosa o de indelicadeza presupuestaria que distraiga inoportunamente a la población. Porque el presidente Luis Abinader está comprometido con la historia y la sociedad dominicana con adecentar y desinfectar las instituciones públicas ya sea de palabras o de hechos, y no merece distracciones.

Siendo así también, a los políticos encargados de diseñar, programar, fomentar, y organizar un Estado ético y transparente deben tener claro su comportamiento en sus vidas públicas y privadas ya que están rodeados de una enorme multitud de ojos que los miran. En efecto, despójense de algún lastre que puede estorbar la gestión de un gobierno con sobradas intenciones de decencia.

Entonces a sabiendas de que la democracia para ser auténticamente funcional debe tener una sociedad civilmente activa y atenta. Que vigile el comportamiento ético y moral de los políticos. Por esta razón, podemos dar gracias al Dios de los Cielos que en República Dominicana la sociedad civil está madurando su participación cada día.

El Estado no es como antes que estaba divorciado de las personas sin atender una sola necesidad humana. El Estado cuenta ahora con ciudadanos que saben expresar lo que quieren y dicen las cosas que les afectan. Saben permanecer de frente cuidando las acciones de quienes dirigen ese estado.

Porque el Estado es un matrimonio entre los ciudadanos (que hacen sus aportes individuales o en grupos) a los fines de llegar al bien común.  Por eso esta sociedad civil noche y día aumenta sus pulsaciones tomando más auge en las decisiones del presidente, y, por lo tanto, los servidores públicos que conforman el Gobierno (no importa a la ideología política o religiosa a la que pertenece) deben pisar fino.

Mathías R. Vizcaíno

Comenta

[wordads]