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24 de abril 2024
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OpiniónVíctor Manuel PeñaVíctor Manuel Peña

El manejo político de un huracán

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Los huracanes y los terremotos son fenómenos naturales que tienen que ser manejados políticamente por los humanos.

Las instituciones de los Estados y de los gobiernos son las llamadas a manejar políticamente esos fenómenos naturales.

El presidente de la República se reserva o hay que reservarlo como opción a usar o a intervenir en el combate en última instancia.

No hay otra manera de hacer frente a los fenómenos naturales, dado el hecho de que los seres humanos no están en capacidad de evitar su aparición o surgimiento y de combatirlos una vez una vez que aparecen sobre la faz de la tierra.

En el caso de los terremotos no es posible predecir su aparición.

Es el caso del huracán Fiona.

Entró por el Este y se desvío por la línea noroeste: sus daños hubiesen sido mayores si hubiese penetrado por el centro del país.

Hace tiempo que los humanos desarrollaron la capacidad técnica o tecnológica para pronosticar el origen y la evolución de esos terribles fenómenos naturales.

El Comité de Operaciones de Emergencia llevó a cabo varias reuniones, con la presencia del presidente de la República, para planificar, supuestamente, el tratamiento político del ciclón Fiona.

Se supone que se planifica para actuar desde el mismo momento en que comienzan a sentirse los efectos del huracán.

Pero en el caso dominicano todo indica que no comenzó a operarse de una vez, es decir, los organismos no comenzaron a intervenir desde el mismo momento en que comenzaron a sentirse los terribles y nocivos efectos del ciclón Fiona.

La experiencia acumulada por el país en materia de combate a estos fenómenos no se utilizó.

Los organismos llamados a intervenir para enfrentar las terribles secuelas del huracán no lo hicieron en medio del fuego, sino después que el fuego había pasado.

Las consecuencias las hemos estado pagando en términos de vidas humanas perdidas, casas destruidas y ajuares volando por los aires.

Y mucha gente sin nada que comer!

Y días después comenzaron a aparecer las autoridades, entre ellos el presidente de la República, como si se tratara de una pisarela o un desfile de moda.

No son tiempos adecuados para el activismo reeleccionista.

La experiencia acumulada por el país debió utilizarse antes, y no después, para combatir las infaustas consecuencias del huracán Fiona.

Por ejemplo, la acumulada por la oposición, que ha ejercido el poder, debió utilizarse en las reuniones de planificación del paso del fenómeno natural por el país.

Los partidos políticos de oposición fueron invitados a Palacio tiempo después del paso del huracán por el país., ya había dejado tras sí su estela de sangre y de destrucción.

La muy lamentable conclusión es que hubo mucha improvisación y descuido y ninguna planificación.

El gobierno lo que hizo fue confirmar o rearfirmar su trayectoria: mucha improvisación y ninguna o muy poca planificación, que en definitiva no sirvió para nada.

 

Autor: Dr. Víctor Manuel Peña

 

Nota: El autor es economista, abogado y miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo

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