Al final los médicos terminan teniendo razón. Y no necesariamente porque la tengan todas consigo, sino porque la operatividad del Gobierno no acaba de trazar la línea de una política oficial capaz de establecer un sistema de calidad y funcional. Siempre andan detrás de lo requerido.
Intervenir todos los hospitales al mismo tiempo fue una locura incomprensible a toda lógica. Y enderezar el entuerto ha sido igualmente ineficaz. En consecuencia, las faltas de los médicos las sepulta el Gobierno.
La ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán, y el director de la OISOE, Francisco Pagán, han rendido al presidente del CMD, Wilson Roa Familia, un informe sobre los 56 hospitales.
Ojalá que resulte.