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20 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

El gansterismo de Trujillo se valió de los médicos

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En su afán de poder y de ser él y sus familiares los principales beneficiarios y protagonistas  de un proceso de acumulación capitalista, muy original y singular a la vez, el cual no conoció parangón en el mundo. Durante ese proceso de acumulación capitalista que se dio en la Era de Trujillo hubo limitaciones para la inversión extranjera, pero no dejó de haberla y todo indica que había áreas de servicios y del comercio  en los que Trujillo no pudo tocar la inversión extranjera, tales fueron casos como las telecomunicaciones, pero además no pudo tocar algunas inversiones productivas.

En este último caso las inversiones del Central Romana Corporations que era de propiedad extranjera no pudo ser propiedad de Trujillo o del Estado; sin embargo, hubo compra de ingenios  propiedad de extranjeros, al igual que hubo empresas extranjeras de otros rubros en la agropecuaria que pasaron a manos del emporio trujillista, pero otras empresas dedicadas a los servicios y  a la producción pasaron a manos  del Estado o a la disposición de este, como serían los casos de la CDE, Fábrica Dominicana de Cemento y la Armería Dominicana.

Ese proceso de concentración de capitales, que incluía un proceso audaz de acumulación originaria de los mismos, se valió del crimen y el chantaje del clan trujillista, grupo que era el principal beneficiario de dicho proceso. Trujillo centralizó tanto el poder político para disfrutar de este y de riquezas que, según le decía el historiador cubano Eliades Acosta Matos a quien escribe, el control absoluto de todo el país que tenía el sátrapa dominicano nada mas era comparable con el de Los Nazis. Ahora bien, pero Alemania era un país desarrollado, la República Dominicana no lo era, ya que era un país sin desarrollo de sus fuerzas productivas materiales.

Aunque en La Era de Trujillo se dieron algunos procesos de modernización con la ampliaciones de las vías de comunicación y trasporte, además las construcciones de algunas edificaciones públicas y de escuelas, las estaban muy rezagadas las fuerzas productivas en la agricultura, pese a que se usaba la fumigación aérea de pesticidas en el arroz y el uso de algunos tractores. Las grandes posibilidades de acumulación originaria  del clan trujillista tenían como pábulo ese atraso material en las fuerzas productivas no humanas y el escaso desarrollo espiritual en la población, sobre todo por todo el atraso en la conciencia social de los sujetos de las distintas clases sociales, pero sobre todo en las clases populares.

Los resentimientos que tenía Trujillo con las incipientes élites dominicanas antes de subir al solio eran tan grandes, por haber sido discriminado en los clubes aristocráticos cuando estaba en ascenso  ocupando posiciones pero  todavía no había accesado a la cima del poder político, que humilló a muchos adversarios políticos y a muchos profesionales e intelectuales prestigios que tenían desavenencias con él. El no llegó a tener más que un quinto curso de la primaria aprobado, pero en nuestro país cuando el sube al poder había muy pocas escuelas; por su ego, el hecho de ser un hombre sin formación académica pudo haberle provocado un resentimiento con las personalidades ilustres o de cierto brillo intelectual que en algún momento tuvieran desavenencias con su régimen.

Esos serían los casos de Rafael (Fello) Estrella Ureña, Horacio Vásquez y muchos otros, pero además los asesinatos de todas las figuras con brillo político, incluyendo hasta familiares de estos que le adversaran, pudiendo estos últimos brillar mucho. Los apellidos aristocráticos incipientes dejaron de brillar para siempre en la escena política dominicana, a partir de La Era de Trujillo. Balaguer, a diferencia de Trujillo era un intelectual brillante, pero no creemos que Balaguer fuera una especie de alter-ego de Trujillo, pues éste no aprendió del hombre de Los Doce Años, si no que el último aprendió del sátrapa oriundo de San Cristóbal.

Un interés supremo de Trujillo para mantenerse en el poder fue la liquidación del caudillismo regional, basado en la gran propiedad terrateniente, pero su objetivo no era acabar con la clase terrateniente y esta sobrevivió a la muerte de La Era de Trujillo. Un terrateniente que le adversó y se exilió y lo combatió desde playas extranjeras fue el general de guerrillas Juan Rodríguez García, el cual terminó suicidándose en Venezuela después de gastar toda su fortuna en invasiones, al saber del fracaso de la de Junio de 1959 en que perdió la vida su hijo el Dr. José Horacio Rodríguez Vásquez.

En el caso del Partido Nacional  de Horacio Vásquez, antes del ascenso de Trujillo al poder tenía muchas personalidades de muchas luces, entre ella estaba el Lic. Sergio Bencosme Bencosme, quien por ser hijo de Cipriano Bencosme correría la suerte de morir al igual que su padre y tres de sus hermanos: Alejandro, Bohyl  y Donato; otro asesinato de personas con prestigio fueron los de Virgilio Martínez Reyna, pero también aunque subrepticiamente fue el del jefe de Partido Republicano Rafael  Estrella Ureña. Al parecer para envenenar a este se valieron del Dr. Helú Bencosme, quien tuvo desavenencias con el régimen, pero luego este sería eliminado por el régimen (Cfr. Rafael Darío Herrera: La Agitada Vida de Rafael Estrella Ureña, Santo Domingo, Editorial Seña, 2018, Pag. 153)*.

Sé que podría pensar que los Dres. Helú Bencosme y Salomón Jorge tuvieron que con el supuesto envenenamiento del Lic. Rafael Estrella Ureña, por orden de Trujillo, después de la víctima haberle servido a este urdiendo planes desde Santiago con el llamado Movimiento Cívico, para desplazar a Horacio Vásquez del poder y posteriormente el sátrapa humillarlo.  En el caso de Horacio, podría pensarse que fue envenenado por el Dr. Darío Contreras (Cfr. Eduardo García Michel: Horacio y Non (Novela Histórica, Archivo General de la Nacion, 2022, pág. 311).

*El autor de esa obra, Rafael Darío Herrera, en nota de pie de página cita la obra: Viacrucis de un Pueblo de la autoría de Félix a Mejía pág. 58, en la que según él  afirma que Ramón Helú B. como el responsable de asesinar a Estrella Ureña.

¿Cuántos crímenes más, no solo de las élites, si no de ciudadanos y ciudadanos que no Vivian tan cómodos, en un régimen tan injusto y tan infausto? Era una era de oscurantismo que proyectó su sombra hasta Los Doce Años y hasta hoy día, con tantas injusticias y carencias de libertades. Sólo las sociedades recreativas que sirvieran al orden trujillista podían organizarse. Era una sociedad con muchas restricciones al consumo y la movilidad social muy restringida, con gran concentración de riquezas en pocas manos, pero con grandes escaseces, precariedades y pobreza extrema.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

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